Eran los años de 1918-19 cuando la población empezó a caer fulminada por doquier; se trataba de una enfermedad misteriosa, que apenas había empezado unas horas antes al paciente con tos, o “catarro”, para poco menos de dos o tres días ya el enfermo expulsaba sangre por la boca, tosía moco lleno de sangre y se ahogaba sin remedio.
En esos años estaba en su apogeo la primera guerra mundial; las tropas estadounidenses eran enviadas al viejo continente para “salvar al mundo”; pero quien iba a sospechar que entre sus cuerpos llevaban otra arma mortal hoy llamada biológica; pero también se especula que el origen de la enfermedad nació en China que acostumbraba aglutinar millones de pollos, cerdos y humanos en unos pocos kilómetros en condiciones de podredumbre.
Pero volviendo a la primera guerra mundial, no era muy bien visto para los altos mandos que sus mejores soldados murieran de gripe en una cama; y mucho menos que las tropas enemigas se enteraran de ello; así es que lo mejor para la batalla era esconder y censurar cualquier noticia respecto a esa enfermedad más mortal que las armas.
España, un país neutral en el conflicto, no censuraba las noticias, así es que el mes de mayo de 1918 en el periódico el Sol a primera plana dio la noticia de una gripe mortífera que estaba mermando a la población y minando biológicamente a militares de los dos bandos.
Por ser España quien dio la noticia a gran escala, se le consideró como el origen de la misma: LA Gripe Española.
Esta enfermedad se calcula que en menos de un año devastó a la tierra y sus habitantes; las cifras oscilan entre 50 y 100 millones de personas muertas en el planeta en tan corto tiempo.
En ese momento ni siquiera lograron entender a ciencia cierta qué los mató. No había antibióticos ni antivirales, tampoco radiografías, resonancias o tomografías ni respiradores mecánicos, pruebas de laboratorio o diagnósticas, entre otras muchas cosas.
De hecho, los virus son partículas que hasta la fecha no sabemos si están vivas o muertas biológicamente; pero solo pueden ser vistas en blanco y negro a través de un microscopio electrónico (no el convencional) más o menos a partir los años 30s.
Y años más tarde, se pudo determinar el tipo de virus y se supo que provenía de las aves o pájaros (que encima pueden migrar por todo el mundo) etiquetándolo como virus de la influenza A tipo H1N1.
Desde ese momento ha surgido la pregunta ¿Por qué ese virus fue tan agresivo y mortal?