Política

Creencia y ley

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

El ambiente público y político es el de un enfermo que actúa como mal hipocondriaco. Cuando los males evidentes no requieren nuevos diagnósticos aceptamos la elaboración de otros para ocupar el lugar de padecimientos previos. Sigue siendo la corrupción, la violencia, la indiferencia a las violaciones de derechos humanos que escandalizarían a cualquier país decente. En este país decidimos excluir a la decencia del discurso público y con ella la dignidad.

Durante un tiempo aceptamos que la corrupción era sistémica y ahora el sistema es tan parecido que se diluye en su reflejo. Estancados en el sectarismo de nuestras filias sólo vemos lo deleznable en aquello que las contraviene. Si reconocimos la urgencia por detener la barbarie que arroja desaparecidos, asesinados e infancias destruidas, también nos acomodamos en el reconocimiento que se torna costumbre y da la bienvenida al desprecio sobre la ley.

Incapaz de entender el derecho como la evolución cívica y laica de la moral, el Presidente recurre a sus comprensiones primarias. Las exhibe en su insistencia por consultas que llevan la justicia a un asunto sin ley. Cita al Papa y a las comillas las considera argumento. Recurre al Evangelio, en la propaganda lo subtitula con alta inicial; para él sólo hay una acepción y esa es institución. Un hombre de posibilidades limitadas.

Podemos nombrar una infinidad de indecencias, pero no les damos el peso de su precariedad. Nuestra condición crónica es recurso para retórica política en lugar de ser conciencia. Con la aceptación de lo rupestre, cada enojo por los costos de un sistema político que seguimos estirando se resiste a los terrenos del aprendizaje y el saber. Se repiten las peores caras con el amparo de la creencia, la buena fe o el convencimiento por las buenas intenciones. De otra manera impondríamos nuestra irreductibilidad sobre el hecho corrupto, lo tergiversado, la irresponsabilidad o la indolencia.

Si el ingrediente básico del espíritu jurídico es la dignidad, con el intento por sustituir la verdad con el engaño emparentado a la creencia se desecha la dignidad de una sociedad. La máxima tribuna de este país se resiste a pensar la ley como proyecto civilizatorio.

@_Maruan

Google news logo
Síguenos en
Maruan Soto Antaki
  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.