Política

No entienden que no entienden

qué beneficios ambientales traerá el nuevo Puente Xochimilco”, así dice el encabezado de una nota periodística que me encontré en internet, en la cual se intenta vender como sustentable y bueno, uno de los peores proyectos de la actual administración de la Ciudad de México: el Puente Vehicular Periférico Sur-Oriente.

Esto, luego de que el pasado sábado 4 de septiembre la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, inauguró el proyecto en la alcaldía Xochimilco, a pesar de las múltiples críticas de activistas sociales, ambientalistas y sociedad en general, debido al impacto negativo que traerá no solo al medio ambiente, sino a la movilidad de dicha zona.

La información de la nota que les menciono, está basada en la serie de afirmaciones que hicieron las autoridades capitalinas, la mayoría erróneas y falsas, de las cuales les hablaré a continuación, mismas que fueron publicadas también a través de las redes sociales de dependencias oficiales para intentar convencernos de los beneficios del proyecto.

Una de las infografías que más me hizo ruido, de todas las que subieron, fue donde afirman que con el Puente Vehicular se le podrá decir “¡adiós al embotellamiento!”, pues con dicha infraestructura se prevé que los trayectos pasen, de durar 45 minutos a solo 12. Lo que al parecer ignoran las autoridades de la ciudad capitalina, es que construir más infraestructura centrada en el automóvil privado, los llevará a todo, menos a reducir el tránsito vehicular, pues están incentivándolo y haciéndolo más atractivo para los usuarios de la vía pública.

Y no solo eso, sino que el mensaje que queda aún más contundente, es que el seguir construyendo infraestructura vehicular, importa más que el cuidar, proteger y respetar las Áreas Naturales Protegidas (ANPs) y sitios Ramsar (el humedal que acaban de dañar, entra dentro de estas dos categorías, así como también fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987).

Otra de las imágenes compartidas por el Gobierno de la Ciudad de México, menciona que dicho puente vehicular beneficia al transporte público y privado en el suroriente de la ciudad, sin embargo, no se ve que hayan desarrollado elementos urbanos para realmente beneficiar al transporte público, sino más bien, solo estamos hablando de la creación de más carriles para que el auto privado siga siendo el “rey” de la calle, perpetuando la violencia vial hacia los otros usuarios de la vía pública que quedaron olvidados en el proyecto.

Al parecer lo único importante en esta obra, era seguir incentivando el uso del automóvil (pues es la idea central de los discursos defensores del proyecto), al tratar de (según ellos) reducir el tiempo de los trayectos de quienes se mueven en este medio, pero en ese intento se llevaron de corbata al humedal, a las especies de dicho ecosistema, y a la seguridad de las y los usuarios que debieran tener prioridad en la calle.

Sorprende e indigna que la Jefa de Gobierno, con sus antecedentes de activismo ambiental y sus estudios en torno al tema, se haya prestado para impulsar y realizar una obra que llevaba “archivada” durante las dos administraciones anteriores a la de ella, pero es que ni ella, ni sus asesores, ni todas las autoridades responsables de esta atrocidad, entienden que no entienden sobre el daño que acaban de realizar a la ciudad, al medio ambiente y a la sociedad.

Ojalá no se nos olvide este agravio y sigamos exigiendo la reparación de los daños.

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Marcela Brown
  • Marcela Brown
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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