A lo largo de febrero vimos a los mercados bursátiles perder el rumbo que parecían haber tomado al inicio del año. En enero el comportamiento de las bolsas mundiales fue sorpresivamente favorable, y la razón más importante fue la percepción de los inversionistas de que la inflación había tomado una tendencia muy definida hacia abajo; sin embargo, este optimismo desbordado terminó cuando se dio a conocer la creación de empleos en EU en enero, con una cifra importante.
En enero se crearon más de 500 mil nuevos empleos, cuando la expectativa era que este número fuera de 220 mil; con eso los mercados se frenaron, pues con un mercado laboral tan fuerte la posibilidad de que la Reserva Federal siga subiendo las tasas se hace más evidente.
Además, en febrero salieron otros indicadores que se refieren a la inflación, mismos que marcaron que ésta seguía muy pegajosa y que bajarla no era tan fácil; el indicador que más impactó a los mercados fue que el PCE (Price Consumption Expenditure) salió más arriba de lo estimado. Así, la verdad es que está costando mucho trabajo bajar la inflación y es posible que la razón radique en que, además de subir las tasas de interés, la Fed requiere de otro tipo de ayudas, como políticas públicas que lleven a desatorar los cuellos de botella que aún afectan la oferta de bienes y servicios, generando una inflación que no es producto de una demanda excesiva, sino de falta de oferta; por tanto, elevar las tasas solo afecta los precios por exceso de demanda, pero no cuando éstos suben, porque lo que falta es oferta.
En virtud de lo anterior, en marzo debemos estar atentos a algunos indicadores importantes: el primero salió hoy (lo desconozco porque este artículo lo escribí ayer) y se refiere a la creación de empleos, espero sea más moderado de lo que vimos el mes pasado. Después, el 14 de marzo, tendremos el dato de la inflación en EU de febrero y este número definirá el rumbo de los mercados por el resto del mes; a finales de marzo tendrá lugar la reunión de política monetaria de la Fed, donde si los datos no son muy malos, se espera que ésta suba 25 puntos base la tasa para llevarla de 4.75 a 5%.
Persiste la discusión de cuál es el límite que alcanzarán las tasas en Estados Unidos, los mercados piensan que el máximo será 5.5%, pero no faltan voces más negativas que los empujan hasta 6%; en nuestra opinión, lo que suceda en los próximos meses, o sea las decisiones que tome la Fed, serán datos dependientes, pero esto seguirá imprimiendo alta volatilidad a los mercados.
Dentro de todos estos datos es importante destacar que el rendimiento de los bonos de 10 años, que tocó ya 4%, fortaleciendo al dólar frente a sus pares e imprimiendo movimientos a la baja en las bolsas, que dicho sea de paso sufrieron durante febrero, pero aún son ganadoras en el bimestre.
Los mercados continuarán sin rumbo claro hasta que la inflación realmente muestre tendencia a la baja en forma sostenida.
Manuel Somoza