Ayer por la tarde estuve presente en la Sala Yapur en la Casa de la Cultura de Tampico para apoyar el trabajo creativo y la visión artística de Fernando Chávez.
“La piel revelada” es el título de la exposición fotográfica que se inauguró en punto de las 18:00 horas y que se exhibirá hasta el 3 de febrero.
Es por eso que se hace una invitación al público a esta experiencia -mayores de 15 años- para que acuda a este recinto cultural a conocer el trabajo profesional del artista el cual define su obra como: “El cuerpo masculino como reflejo de lo que hay dentro, el pretexto ideal para que al ver hacia afuera mires también hacia adentro”.
En esta exposición podrás disfrutar de una experiencia inmersiva de fotografías en gran formato que aluden a la vida y la ansiedad existencial a partir del cuerpo.
Una aventura visual de Fernando Chávez que anidó y se creó en la mente del artista y que hoy se convierte en una realidad gracias a su incansable trabajo y al apoyo de diversos patrocinadores que confían plenamente en la visión, la creatividad y el talento de este fotógrafo.
“La piel revelada” es sin duda es una experiencia cultural que deben de experimentar, que es audaz, que sale de lo común y que nos entrega otro rumbo totalmente alejado de lo cotidiano.
Una recopilación visual, resultado de intensas horas de trabajo que coronan a Chávez luego de muchísimos años de experiencia con la lente.
Fernando Chávez es un fotógrafo profesional con una carrera consolidada, de gran experiencia no sólo en el arte sino que además ha trabajado con marcas nacionales e internacionales que realiza su pasión de manera independiente, que disfruta lo que hace y que nos demuestra que el amor por el trabajo deja grandes satisfacciones.
Es por eso que hoy esta columna va dedicada a este gran fotógrafo y artista a quien admiro desde hace mucho años y con quien he tenido la oportunidad de trabajar en diversos proyectos.
Gracias por demostrarnos que, a pesar de todo el trabajo diario, siempre hay espacio y tiempo para retomar proyectos propios.
La fotografía no es un trabajo, es un arte. Un don que viene de lo que observa el alma, que desata lo interno, que entrega libertad pero que, sin duda, requiere de una enorme disciplina, estudio y mucha vocación.
