Amanece, y de nueva cuenta y sin saber porqué me despierto sintiéndome cansado y como por ahí se dice: “de mal humor”.
Así, me dispongo a iniciar mi rutina diaria de ejercicio mientras trato de explicarme la causa de ese conocido pero indeseado estado de ánimo.
Tal vez, pensé, se deba a algún mal sueño de esos que se olvidan al despertar.
¿O tal vez sería la cena?; ¿O quizás las nefastas imágenes que percibí en el último noticiero?; ¿O a lo mejor algún pendiente mal resuelto que se quedó rondando por ahí en mi inconsciente?
No lo sé, pero cualesquiera que sea la causa, sé que cuanto antes debo combatirlo para no tener que “cargarlo” durante el día, con las malas consecuencias que esto conlleva, pues de algún modo sé que el término “animo”, en su origen significa “alma”, con lo que ya podemos suponer lo que sucede en nuestro día con día, cuando dejamos que el alma perciba el mundo de una manera negativa.
Pero… ¿qué es el alma? me parece escuchar que me pregunta una voz interior, (sonrío al pensar que es mi propia voz, no la de un pajarito como el de Maduro), y otra vez acuden en mi auxilio aquellas lejanas clases de etimologías de la prepa, en las que con gran habilidad docente el maestro nos enseñaba a descifrar las palabras por sus orígenes y con ello, a desentrañar el mundo y sus expresiones.
Así recuerdo que en el griego clásico la idea del alma se expresaba como “psique”, vocablo que en términos modernos resulta ser: “mente”, con lo que esto es más que suficiente para comprender que un estado negativo de la mente, irremediablemente acarrea consecuencias sociales, físicas y mentales de pronóstico reservado, por decir lo menos.
Los términos y sus significados cambian, tal es el caso de: “humor”, que si bien hace 2500 años se refería al estado fisiológico del cuerpo, hoy suele usarse como sinónimo del estado de ánimo, sobre todo al referirse a una manera de “estar de buen humor” y percibir el mundo no tan en serio.
Lo cual por cierto, junto con un poco de ejercicio era en ese entonces y sigue siendo hoy, una buena fórmula para mejorar nuestro estado del alma.
