Decía Oscar Wilde, el ingenioso escritor irlandés cuya capacidad para la ironía y el sarcasmo quedó rubricada para siempre en frases como aquella de que:
“Bigamia es tener una esposa de más, monogamia es lo mismo”, o bien lo de que:
“El matrimonio es un noventa y siete por ciento de conversación”, dichos que tal vez más allá de servir para aderezar los diálogos de sus obras teatrales o los textos de sus publicaciones, translucían su propia vida íntima matrimonial, considerando su durante un tiempo oculta homosexualidad, la que al revelarse, lo llevó al descrédito social en el Londres de fines del siglo XIX y finalmente al destierro en Paris, donde murió a la temprana edad de 46 años.
Pero como sucede con muchos otros artistas, Wilde era un hombre de su tiempo y con su nivel de reflexión abordaba temas más profundos y universales como en su novela:
“El retrato de Dorian Grey”, quizás una visión anticipada de la hoy tan multi-mencionada ideología del transhumanismo.
O bien sobre la condición humana de su sociedad de entonces, de hoy y de siempre cuando dice: “Hay gente que se preocupa más por el dinero que los pobres: son los ricos”.
Y aun otras expresiones que surgen de sentimientos de culpa que seguramente se adueñaron de su alma, que años más tarde Freud explicaría en sus estudios como el “dolor psíquico” que se impone el propio individuo por traicionar a otro y poner en riesgo su amor, siendo en este caso el amor de su esposa, sus 2 hijos o su público.
Como haya sido, Wilde dijo: “El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera.
Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida”.
No obstante su desgracia emocional, social y económica, con el mismo sentido del humor con que escribió “La importancia de llamarse Ernesto”, el famoso dramaturgo dublinés se decía:
“Hoy lo que consuela no es el arrepentimiento, sino el placer.
El arrepentimiento está enteramente anticuado”.
Pero ya la vida no le alcanzó para eso y enfermo y arruinado, con cruel auto-escarnio murió diciendo: “Me muero por encima de mis posibilidades”.