De verdad que da vergüenza. Mientras en otros países les aplauden, les cantan, los vitorean y los reconfortan por su heroísmo cotidiano, por su incansable esfuerzo para sanar enfermos y salvar vidas en medio de la pandemia, resulta que en México… ¡cada vez agreden y estigmatizan más a enfermeras y médicos!
Sí, muchas veces trabajan en condiciones inadecuadas y peligrosas para su integridad, sin los equipos necesarios para protegerse (lo cual no es su culpa), y sí, ya hay más de 300 médicos y enfermeras contagiados en el país, según ha reconocido el IMSS, pero eso no quiere decir que ellos esparzan a propósito el covid-19 por nuestras calles, barrios, ciudades y pueblos, y que por tanto haya que agredirlos y discriminarlos: las denuncias ante el Conapred se duplicaron entre el 6 y el 9 de abril.
Se trata de gente responsable que, en cuanto fue contagiada, guardó cuarentena. Son ellos quienes atienden a nuestros enfermos, incluso arriesgando sus propias vidas. Pero eso no parece importarle a miembros del misericordioso pueblo mexicano que, en plena Semana Santa, están virtualmente tatuando letras escarlata en doctoras y enfermeros, doctores y enfermeras, que no solo son atacados hasta con cloro y ácido, sino rechazados en tiendas y transportes públicos.
Es de no creerse, pero sucede: basta guglear un poco y aparecen notas de agresiones en diferentes medios de Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Estado de México, Sinaloa y Jalisco. Y qué tal los chilangos agresores o discriminadores, esos mismos que seguramente tienen parientes entre los miles de insensatos que, alegando usos y costumbres católicas, atiborraron estos días el mercado de La Viga, como si fueran inmunes.
Para mí, esta gente que no respeta el #QuédateEnTuCasa sin ninguna razón, más allá de su valemadrismo, y esa otra gente que desde la ignorancia o la estulticia agrede o discrimina a enfermeras y médicos, merece el mismo desprecio que he manifestado aquí por secuestradores, extorsionadores, narcos, sicarios, corruptos, machos, feminicidas (https://www.notivox.com.mx/opinion/juan-pablo-becerra-acosta/doble-fondo/muy-patriotas-pero-bien-nacos). Es el México abominable e inadmisible que no sabe lo que significa la fraternidad, la misericordia, el respeto, la inclusión, la solidaridad. La decencia, la moral.
Es el mecánico que engaña, el médico que abusa financieramente, el empresario que evade impuestos, el vecino que pone la música a todo volumen, el tipo que tira la basura en la calle, que contamina mares y playas con plásticos y latas, el jefe que acosa a la empleada; el comerciante que acapara y vende caro; el político corrupto y mentiroso; es el que provoca incendios para joder el ambiente; el que fomenta fake news.
En fin, viene la peor etapa de esta pandemia, cuando varios hospitales pueden colapsar. Cuidemos a las doctoras, doctores, enfermeras y enfermeros. No hay otra prioridad en este momento. Los gobiernos municipales, estatales y el federal tienen la obligación de protegerlos y darles todo lo que necesiten, pero ya: trajes, guantes, mascarillas, lentes, sustitutos para que descansasen.
Y nosotros, nosotros hagamos la diferencia, protejámoslos denunciando y exhibiendo a sus agresores, y ayudémoslos no saturando hospitales, gracias al quédate en casa…
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@jpbecerraacosta