Por los años que llevaba operando, porque nadie lo había visto y porque su actividad primaria se remonta a 1996, el asesino en serie de Long Island estaba a punto de convertirse en una leyenda urbana.
Dicho criminal se especula que mató a 10 personas al menos, aunque hay indicios consistentes de que 18 sería una cifra más apropiada. La mayoría de las víctimas del elusivo predador son prostitutas. Muchos de los cadáveres fueron diseminados en Playa Gilgo, en la costa sur de Long Island, en el estado de Nueva York.
La mencionada isla del Atlántico por años vivió en el terror, debido a la brutalidad con la que fue sacrificado el gran número de mujeres. Para el subcomisionado de policía Anthony Carter, los actos que cometió el infractor “han sido los peores que he visto”.
El caso del asesino de Long Island nunca fue enviado al fondo del archivero, ya que varios agentes se encargaron de mantenerlo actualizado. Cada grupo de agentes aportó en su momento los resultados de sus pesquisas.
El dato duro, los detalles de auscultación clasificados fueron relevantes cuando en 2010 las autoridades encontraron restos de cuatro víctimas, a las que llamaron Las Cuatro de Gilgo Beach.
Richard Dormer, comisionado de policía del condado de Suffolk, no ocultó la información y explicó en rueda de prensa: “Cuatro cuerpos encontrados en el mismo lugar hablan por sí mismos. Es más que una coincidencia. Podríamos tener un asesino en serie”.
Después de más de una década de investigación en la que se analizaron datos de teléfonos celulares, facturas de tarjetas de crédito, se realizaron centenas de pruebas de ADN y entrevistas, e incluso se estudió un pedazo de pizza rescatado de una caja, la policía arrestó al arquitecto Rex Heuermann, de 59 años, casado y con dos hijos.
Con la detención de Heuermann culmina una época de terror de casi tres décadas. Hasta el momento han logrado vincular al hombre con 11 asesinatos de mujeres, aunque la cifra puede crecer conforme avance la investigación.
Rex Heuermann sedujo a sus víctimas a través de páginas web de citas en línea. Una vez que se encontraba con la mujer en turno, la convencía de ir a dar la vuelta a algún lugar remoto, donde se divertía sexualmente con ella antes de asesinarla.
