El pasado fin de semana, se realizó un ceremonial válido en la Iglesia Católica en la celebración de un matrimonio en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Ejido La Unión, donde al propia párroco local, Francisco Javier Gómez, se le quiso forzar a que reiniciara la ceremonia, ya que él había recibido cuatro mil pesos para fotografiar la ceremonia y no había tomado las suficientes, al notificarle que eso no lo permitían la leyes de la Iglesia, asomó el enojo y se dieron palabras desagradable por parte del fotógrafo, que no hacían falta para entenderse.
Siguieron comunicaciones por videos y medios electrónicos y no faltó quién dijera acusaciones que no le constaban. Lamentable.
Hay que advertir que la intensa mayoría de las parroquias de la Diócesis de Torreón, tienen equipos laicos, la mayoría son mujeres, que sirven a las necesidades de los templos y a que se desarrollen con decoro los quehaceres pastorales.
Lamentablemente, en la administración de los Sacramentos se han introducido costumbres de mercado y la gente que quiere una ceremonia, no faltan quienes les aconsejen modos especiales, como si se tratara de una fiesta de un público salón de fiestas, y como hay diferencias radicales no faltan los malos ratos como el que ahora comentamos, acompañados de una buena dosis de ignorancia.
La Iglesia es una madre de consuelo, no un mercado de ilusiones, ni de tacones lujosos.
La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en el Ejido La Unión le ha tocado en suerte desarrollar un apostolado laical generoso y maduro, con una buena participación de varones, con una regular aportación de muchachos al Seminario diocesano, y quienes de ahí han salido, se han integrado a las filas del apostolado seglar.
Es la única parroquia que ha desarrollado en la Diócesis los llamados “consejos comunitarios” que reúne las inquietudes del más apartado barrio o ranchería, para llevarlas al Consejo de Pastoral Parroquial.
Que estas cosas que comentamos, suceden en la Parroquia de la Unión no deja de reflejar que los alejados de la evangelización, no sólo están en los países lejanos, sino que se encuentran entre vecinos del barrio o de la ranchería, ganados por el mercado, las ofertas de teléfonos celulares y los carísimos artículos de casa, ofrecidos en ofertas que compran clientes a plazos quincenales, pero anda uno bien curro, con una mugres de botas de a siete mil pesos, para batir record en lujos al andar.