Política

Insumisos ante el análisis de la realidad

  • Areópago
  • Insumisos ante el análisis de la realidad
  • Jesús de la Torre T. Pbro.

Pasadas las elecciones federales, estatales y locales, del 2 de junio, para unos pocos, siguió un desgano, una incomprensión de la conducta del pueblo que no quiso quitarse dizque las cadenas de la esclavitud. 

Siguió el berrinche en algunos y cuando no se puedo rebatir el dato de realidad, siguió el silencio la prohibición personal de no hablar de política, sin dejar de disfrutar la pensión que por ley, toca a muchos. 

Eso lo da la ley, dicen como excusa, no el gobernante o gobernantes en turno, sin pensar que si no hubiera sido por él o por ellos, no se tendría ese auxilio económico que a nadie le daña. 

Y gracias a estos auxilios, los mercados, chicos y grandes, tienen clientes, y los comerciantes no reniegan, ya que lo que ofertan, hay dinero en el pueblo para comprarlo.

No cabe duda que lo que ha acontecido en el pueblo mexicano, a principios de junio, trae de cabeza a muchos compatriotas, pero hay que salir del enredo mental y recuperar la amistad con nuestros familiares y vecinos. 

Quizá nos pueda iluminar lo que dicen los obispos latinoamericanos en el documento de Puebla que nos invitan a conocer y reconocer la realidad como es, y no como queríamos que fuera. 

Ellos buscan que el Evangelio avance con el conocimiento de la realidad. Esta es preocupación del Papa Francisco.

Hablan los obispos del deber permanente de conocer la realidad (P. 85) y cuando ésta no es nuestro quehacer diario, nos quedamos atrás, chiflando en la loma, como dicen los rancheros cuando alguien no da el ancho en sus deberes por cumplir. 

Hay que acercarnos con humidad a reconocer la realidad, que es como es y no como cada quien quisiera que fuera. 

Es cierto que en algunas ocasiones, la realidad es opaca, por eso es difícil mantener lealtad, a la realidad, sobre todo cuando está en juego la justicia. 

La realidad hay que verla y volverla a ver.

El Apóstol San Pablo, compara a la humanidad como a una mujer que está en las horas del parto (Rom. 8, 22-24) a la que le cuesta un inmenso dolor el dar a luz, pero cuando eso acontece, hay una nueva vida que renueva al mundo. 

El dolor de parto es el anuncio de una nueva vida que da la esperanza de un mundo nuevo, fraterno y justo. 

¿Cómo no va a ser un bien, el que los bienes materiales que existen en el seno del Estado mexicano, alcancen para todos, pero a partir de que los pobres sean primero?

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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