Uno estaba tan tranquilo en el encierro, disfrutando como siempre del melodrama ranchero, la hipocondría generalizada y la polarización en Twitter, cuando de repente retumbó en su centros la tierra cuando el embajador Landau un poco harto de los tuits del ex presichente Calderón que como no tienen nada que hacer se la pasa chingando la borrega en un tuit y en otro también, le puso un soplamoco prácticamente ¡hiiiiistóooooooriiiiiqueeeeee!
Digo, antes cuando un embajador yanqui regañaba a algún político lo hacía en los sótanos de la embajada, ahí lo torturaban a la sorda y ya; en nombre de la diplomacia se abstenían de someterlo a la vergüenza pública como en este caso que, sin duda, terminará con el retiro de la visa y la rescisión del contrato con Harvard donde de por sí los alumnos se han quejado de que Jelipillo les ha hecho creer que Agustín de Iturbide debería estar con los Avengers, que Porfirio Díaz es un humanista y que Pinochet es un incomprendido.
Entiendo que Calderón y su circo freak de bots, trolls y jeiters son de una güeva infinita (cómo estará la cosa que con su zipizape con el embajador opacó el regreso sin gloria de Ricky Riquín Canallín en su calidad de muchacho chicho del partido gacho), es comprensible que don Christopher al ver que este se quería meter con Donald Trump así nomás impunemente le tuvo que meter un estate quieto. La reacción es natural (ahora ya sabe lo que se siente tener a un dudoso personaje tuiteando nomás a lo buey), sin embargo creo que vale pena mencionarle a Landau, antes de que quiera invadir a México en caída libre, que el maridito de Margarita Zavala no es él cuando chupa y menos cuando toma. ¡Maldito vicio!
Siempre he dicho que al contrario de lo que dicen las mayorías, la única parte de la personalidad que para mí lo hace medio ser humano al Calderas es su gusto por el pomo; pero ahora que lo veo tuitear como si no hubiera un mañana tanto fake news con ánimo garcialunaproductionesco, creo que ya es momento de que lo lleven a guardarse por lo menos hasta que pase la contingencia ahí donde no haga daño más del que le ha hecho a su hígado que ha resistido de todo porque es un ¡higadazo!
Es por su propio bien... y el nuestro, no vaya a ser que comience a mal hablar de los chinos y de Putin... o diga que los médicos cubanos que llegaron a Italia no fueron a luchar contra el coronavirus sino a imponer el comunismo primitivo en la Europas.
¡Tómala, barbón!
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@jairocalixto
