No puede ser que justo cuando los gobernators que acababan de salirse del Pacto de Varsovia de la Conago para armar su propia OTAN del Rancho grande, de pronto tengan que meter el freno de mano porque Chiflano Aureoles se infectó de covid, y que por lo tanto es muy probable que haya infectado a sus contlapaches que van a tener que posponer sus ambiciones, digo, sus patrióticas luchas, hasta que en 15 minutos los Chernobilinsky Chertorivski Boys resuelvan el tema de la pandemia (el hígado graso, las patas de gallo y la uña enterrada), siempre y cuando los dejen quemar en leña verde al doctor López-Gatell,que pitorreó de ellos, y les den más presupuesto que a la NASA y la ONU juntos.
En una de esas les come el mandado Gustavo Madero, que mientras prepara el regreso sin gloria de Margarita Zavala y su marido al PAN con pompa y circunstancia mientras les bolea los papos, anda muy preocupado por Chihuahua donde con un tonito melodramático anuncia que la gente se puede morir habiendo tanta agua; curioso que después de tantos años, el panismo apenas dio cuenta de que existe este convenio con Estados Unidos que data de tiempos inmemoriales donde se entrega el preciado líquido a los sobrinos del Tío Sam.
Un show altamente melodramático que solo puede compararse con el del comandante Krauze y el de Carlos Loret, donde casi casi se siente Julius Fučík al soltar la etiqueta #TodosSomosLoret, ¿pues a qué horas salimos en las telenovelas de García Luna Productions? ¡No me llegó el llamado! ¡Avísenme!
Como quiera que sea, todas estas cosas nos distraen de los asuntos verdaderamente importantes, por ejemplo, la injusta exigencia de estudiantes y adscritos al MIT (em ai ti, o sea el Tecnológico de Massachussets) de sacar de tan noble institución al gran Luis Videgaray por todas esas injustas y malvadas acusaciones de corrupción. Mala onda, ahora que creía que ya se habían olvidado las acusaciones de Lozoya-Lozoyita, don Luigi corre el peligro de quedarse sin chamba y de verse en la penosa necesidad de elegir entre irse a la pizca del algodón o regresarse a México con la triste posibilidad de acabar en el tambo junto a Chayito Robles y la Loca academia de Javidús. Es una lástima que ya no lo pueda defender Juan Collado, y se vea en la penosa necesidad de hacerle como Chente, cantar y cantar hasta que no dejen de aplaudir.
Ojalá se arme el hashtag #TodosSomosVidegaray a ver si nos toca un caserón en Malinalco.
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@jairocalixto
