No importa cuándo leas esto: esto no funciona y lo estamos haciendo todo mal. Me refiero, por supuesto, al enojoso y triste caso de José José, el músico profeta, que ni en sus más alucinantes delirios hubiera imaginado que su muerte sería un espectáculo incierto y peliagudo de rebatingas familiares y televisivas.
Si bien es cierto que la tal Sarita se ha comportado a un nivel que solo puede ser comparado con Chayito Robles en la estafa maestra, no puede ser que se le siga aplicando el método del insulto, el señalamiento y el gritoneo con memes ridiculizantes y hashtags maliciosos. Sobre todo si se quiere que la niña no vuelva a esconder los restos de El Príncipe de la Canción. Así no va a reaccionar de buena manera la niña y se va a seguir comportando como Calderón cada vez que le recuerdan que su segundo nombre es el Comandante Borolas.
Quizá sea el momento de darle por su lado a Sarita, aunque se comporte con los arrebatos priistas propios de Alfredo del Mazo Maza que para no perder las viejas tradiciones del viejo Grupo Atracomucho —según unas investigaciones recientes— le quitaba recursos destinados a las mujeres del Edomex, que ya ven que casi ni los necesitan, para dárselos al bonche de bots que alaban sus buenos oficios de góber precioso.
Si se cambió la estrategia con Medina Mora para que en vez del tanto consentido desde los tiempos foxistas (aunque nada comparado con cómo este íntegro representante del Poder Judicial consintió a mi licenciado Peña, al que no desamparó ni de noche ni de día, no se diga a los narcos, a los que les liberó las cuentas, según Santiago Nieto), que no se pueda darle volantazo a los protocolos para que José José pase por esta su humilde casa con sus exequias y homenajes por todo lo alto. Tratarla con cariño, impedir que los de Ventajeando le sigan diciendo “culera”, apagar a las histerias de Anel, impedir que sigan saliendo memes hirientes y bajezas por el estilo, hasta que la señorita Sosa calme su resentimiento y sed de venganza para que entregue el cuerpo inerme de su padre al pueblo mexicano y no un puñado de cenizas.
Claro que si con cantos y flores la señora no responde, entonces sí hay que sacar la batería pesada y echársela encima: al Piojo encabronado cuando lo golea el Cruz Azul, al triunvirato Lozano-Alemán-Dresser en su peor día antipeje, al más recalcitrante escuadrón chairo, o a los anorkos encapuchados imitando a Goku.
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@jairocalixto