Contemplo cómo el simpático panismo de la alcaldía Benito Juárez persigue violentamente a los medios de comunicación como Pie de Página (así es el calderonismo-anayista madreador), pero solo a ellos se les ocurre cuestionar su muy cuestionable administración. Están viendo y no ven. Luego ya me distraje con toda esa gente que se molestó porque en un momento “para mamón, mamón y medio”, en que el distinguidísimo Roger Bartra, intelectual de izquierda devenido, como dictan los cánones, en intelectual de Frenaaa, declarara que “mi libro no es para campesinos sino para ciertas élites, por eso veo difícil que impregne en la opinión pública”. Muy bien, ya basta de que se piense que los intelectuales no viven en su propio Olimpo y que son comunes y corrientes como el resto del perradón, el naquerío que no está preparado para entender las complejidades de su pensamiento prosopopéyico, poético, metafísico, retórico y sistema decimal.
Digo, los intelectuales del Tumor y de la “Eh, la BOA” se cuecen aparte; de hecho no tocan el suelo, levitan. De cualquier manera, como son émulos de Rhett Butler en Lo que el viento se llevó y tienen un gusto especial por las causas perdidas, casi que los veo explicando que las prisiones que crearon García Luna Productions y el ex presichente Jelipillo a costo de hoteles de lujo (aunque los servicios sean de bartolina de Pepe el Toro en Lecumberri), en realidad iban a ser sets para montajes políticos, bules y piqueras con shots de tequila incluidos. Un negociazo que socializaba los recursos entre grandes millonetas y que buscaba normalizar el trato humanitario entre los presos de cuatro a cuatro y cuarto los martes en la tarde.
Qué bueno que no les quitaron el bisne aunque estuviera emparentado con la estafa maestra, pero qué mal que no los dejaran seguir con su plan de hacer de esa Jaula de la melancolía, una Isla del diablo.
Como quiera que sea, me alegra que mi Roger haya escrito un libro dificilísimo para acabar con la figura de López Obrador, en vez de caer en el falso ejercicio novelístico, diríase que ramplón, de redactores como Pancho Martín Moreno, aunque al final sostengan las mismas tesis contra la Cuarta transformeichon que parecen ideadas por el Yunque. En resumen, Bartra y Moreno quisieran colgar y fusilar −no necesariamente en ese orden− a todos los morenacos que votaron por Morena, como diría la culta Laura Zapata y Lillys Téllez que la acompañan. _
Jairo Calixto Albarrán
