Que locos esos chavos, chavas y chaves del sector opositors que para demostrar su espíritu verdaderamente democrático, llamaron de una manera urgente y hasta podría decirse que obscena a no ejercer el sufragio efectivo, no reelección. Los más alucinantes personajes como Luis Charly Ugalde que, en unas matemáticas muy a la Chumel Torres (30 millones votaron por AMLO, pero no 97 millones muajajá, como si pudieran votar los nonatos, menores de edad y el elenco de Scooby Doo, Los padrinos mágicos y la Familia Peluche) explicaba, igualito que otros urgidos de unos cursos del INEA, que si AMLO obtenía menos de 30 millones de votos sería una tremendo fracaso; órale, pero a eso hay que quitarle que el INE jugó muy chueco, que los prianchuchistas-tresequisgonzalistas-kukuxpanistas sembraron más complós que el subjefe Diego y Salinas juntos. Y como si la fifisauriza pudiera juntar en unos comicios más de tres mil sufragios (ahí está su marcha del domingo pasado donde se juntaron menos personas que en un Atlante vs. Necaxa). Es lo malo de creerle, como Calderón, a la encuesta GEA-RISA, donde siempre gana mi licenciado Peña.
Mientras mi Tatankita Córdova construía un discurso que por su naturaleza autocomplaciente, “vistimizante” y narcisista, para dejar en claro que “La Democracia Soy Yo” (él está aquí para defender la democracia pero no para dejar que otros la ejerzan, por eso para la votación por la Revocación de mandato las casillas estaban más escondidas que la osamenta de Muñoz Rocha y el paradero de Ricardo Anaya), la gente salió a votar, aún en una zona blanquiazulina como es la colonia Del Valle de la Ciudad de México donde la orden de Markititititito Cortés (que se fue a Los Ángeles al shopping como buen aspiracionista adicto a las ventas nocturnas de Liverpool) y Claudio XXX González (que estuvo en el melodrama ranchero todo el fin de semana defendiendo su nada escaso peculio) era que todos escondieran su credencial de elector bajo el colchón, junto a su foto de Margarita Zavala defendiendo a capa y espada el reino bendito de Iberdrola.
Aunque movieron de lugar las casillas habituales y el INE se encargó de repartir el mínimo indispensable de boletas en las casillas especiales, a sabiendas de que ahí se quedan muchos sin votar, vi mucha más participación que en otras votaciones intermedias.
A mí me gusta votar en esa zona nada más para ver qué cara ponen los panistas recalcitrantes y decirles #DéjenseAhí.
Jairo Calixto Albarrán
