Yo creo fervientemente en el expresichente Jelipillo por su humanismo, empatía, espiritualidad, sobriedad y nula ambición de poder. Por supuesto, dudo mucho que estuviera al tanto de las actividades criminales de García Luna Productions y Cárdenas Palomino, aunque estuvieran piquito con piquito, manito con manito, clap clap clap.
Sin embargo, sí me parece que está muy mal asesorado por Margarita, el subjefe Diego, el Tumbaburros, Markititititito Cortés, Alititititiitito Moreno,Chumeliux, Zambranitititititito, Krauze y los de la Eh, la BOA, Claudito XXX y un montón de vivales más. No puede ser que don Jelipe haya tardado prácticamente dos días sin responder a los señalamientos por el apañón de su policía favorito y torturador, el Matute Palomino, cuando pudo haber dicho que se resbaló con una cáscara de Bacachá y que no estaba en condiciones de atender a la clientela. La capacidad de reacción fue tan lenta, que parecía un homenaje a la respuesta de las fuerzas de don Genaro cuando se tenían que enfrentar al crimen organizado en su narcoguerra.
Y, tristemente, cuando el esposo de Margarita emitió su primer tuit regó todo el tepache al recurrir a una frase del programa “Lo que dice el dicho”: “Embustes y cuentos, de uno nacen cientos. (Refrán antiguo, cada vez más válido en nuestros días)”. O sea, ya mero pone el tradicional “Agua que no has de beber, échale Tonayán on the rocks”. A ver, por qué no declaro aquello de: “Esas son puras mentiras/ Esa noche yo no andaba allí/ Debes estar confundida/ O había un tipo igualito a mí”
Así nada más contribuye a votar a favor del juicio a los expresichentes.
O sea, al menos pudo cambiar la conversación pública y acusar a AMLO de utilizar la información oficial de la ConcacafINE (donde explica que, en materia de cobertura mediática, en un país que vive bajo una dictadura, la información negativa se cargaba mucho más contra Morena y se suavizaba con el PRIANChu al que se le colmaba con puras buenas vibras positivas, fíjate qué suave) para desacreditar a los medios y a los periodistas a los que no se les da esa onda mafufa y sobrevalorada de publicar información medianamente equilibrada.
Quizás, en una jugada maestra para destantear al enemigo, Calderón Hinojosa pudo aprovechar la aparición de cuentas apócrifas del querido Antonio Helguera para demonizar a los bots, trolls y jéiters que andan haciendo esas perradas. Pero no; Jelipillo ya se nos afoxió bien gacho.
Jairo Calixto Albarrán
