De veras que me sigue sorprendiendo esta parte, sin duda casposa y cotorra, de la fifisauriza mexicana, que por una razón ligada a su malinchismo es devota a la corona española. Es como si todavía fueran calderonicolitas rindiéndole culto al fuego, o parte de esas cofradías que odian a la penicilina o quienes se mantienen en la onda del terraplanismo en tachas. Hay gente que tiene nostalgias medievales, pero esto ya es muy cutre. Sobre todo si pensamos que los españoles están hartos de mantener a una monarquía compuesta por personajes que con muchos trabajos sirven para mal adornarle la vida a los peninsulares. Y es que les dan mucha penita tantos escándalos, por ejemplo, del Mirrey Juan Carlos, que es un licuado del ChikiliQuadri-Sergio Mayer-Nodal-Chumel-Adrían Marcelo y Pedro Ferriz, y cuyos escándalos incluyen lavado de dinero, tráfico de influencias, el síndrome del impostor, ser un chacalazo entre chacalazos y asesino de elefantes, entre otras lindezas. Lo único que le falta es aplicarse más Botox por Botox que Alitito Moreno, que parece los dos hermanos Menendez al mismo tiempo.
Y qué decir del Mirrey Felipe VI, que es más gris y sin gracia que Miguel de la Madrid y que se ha hecho más ultraderechoso y clasista que Lupita Loaeza y Laura Zapata.
A diferencia de Krauze, los prianistas y el ChikiliQuadri, los ibéricos ya están hasta el queque de ser súbditos de una institución tan negada a la modernidad y atascada en conservadurismo voxista. Solamente las pequeñas burguesías de América se sienten súbditas de un rey o de una princesa. Es como en esa novela de Luis Spota, Casi el paraíso, que hoy encuentra su versión en cine, donde un supuesto príncipe italiano llega a México a seducir a una fifisauriza nacional, derechaira, pedorra, wannabe, aspiracionista e ignara. Un timador que seduce y le aplica la padroterapia intensiva a una falsa sociedad hambrienta de títulos nobiliarios, aunque sean falsos.
Algo que solo se puede comparar con los viudos de García Luna Productions, los mismos que exigen que al Batiburrillo Karam le pidan disculpas de rodillas los padres de los 43, y que hoy salen a rasgarse las vestiduras en el décimo aniversario de Ayotzinapa. O sea, personajes que le quisieron lavar las manos a mi licenciado Peña, que nunca han exigido la extradición de Tomás Zerón, que en su momento propagaron sin cuestionar la Verdad Histórica y que abominaron y devaluaron cada marcha. Los mismos que hoy se sienten herederos de Hernán Cortés. #NoMaMarx.