Ante las deportaciones y redadas que realiza el gobierno de Estados Unidos, los migrantes indocumentados que viven en estados como California, entre ellos, los poblanos, se encuentran “escondidos” y salen a realizar actividades mínimas.
Organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo a los migrantes reportan que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) redobló los operativos y redadas migratorias, acciones en las que se calcula la detención de más de 500 migrantes mexicanos.
Al mismo tiempo, un centenar de los connacionales que se fueron en busca del llamado sueño americano fueron trasladados al centro de detención Alligator Alcatraz, en Florida.
El propio gobierno norteamericano destacó que, durante la presente gestión, es decir, en los últimos seis meses, fueron arrestados más de 300 mil migrantes en situación irregular.
Human Rights Watch (HRW) lamentó que se estén presentando celdas sobrepobladas y migrantes que duermen en el suelo, privados de la higiene básica y en un clima de incertidumbre.
El Frente Nacional de Inmigrantes en Estados Unidos reporta que, en los últimos 40 años, no se tienen registros de acciones tan fuertes como las que se están implementando en la actualidad.
La política de la administración federal del país vecino del norte está basando su lucha contra los migrantes a partir del miedo y de provocar que se cancele la idea de conseguir un trabajo pasando la frontera de México.
Por su parte, Pies Secos, organización que brinda apoyo a los migrantes, en particular a los poblanos, reveló que las personas que carecen de documentos para acreditar su estancia legal, optaron por dejar de acudir a espacios públicos y hasta cancelaron sus planes para divertirse.
A la par, los migrantes están comunicados en grupos de WhatsApp, de Facebook y otras redes sociales con el objetivo de comunicarse e implementar acciones ante posibles operativos.
Los migrantes buscan pasar desapercibidos en Estados Unidos y, aunque por ahora se desconoce el momento en el que cesarán las redadas, se cuenta con la esperanza de que mejorarán las condiciones y podrán volver a sus trabajos y estilos de vida.