Frente a mí, ocupando unas siete u ocho butacas en el teatro Milán, está una familia completa. Por las edades deben ser los padres (alrededor de los 50 años), el abuelo (por sus 70) y los hijos (entre 25 y 15) y todos aplauden con un entusiasmo que impresiona.
Y no son los únicos, materialmente todas las localidades están abarrotadas, como lo han estado desde hace cuatro años cada una de las funciones de las distintas temporadas de esta serie teatral, que ya es una tradición en los escenarios mexicanos.
Se trata de Las meninas, (originalmente Novohispanas), un concepto nacido hace más de una década, que es ejemplo de creatividad y preparación exhaustiva (más de 25 montajes así lo prueban) y que se ha convertido en un éxito absoluto.
Para quienes aún no las ubiquen Las meninas son –de acuerdo a esta divertida propuesta-- tres mujeres que habitaron en México en el siglo XVIII, y que fueron acusadas por la Santa Inquisición, de la que pudieron escapar gracias a un hechizo, que las dejó plasmadas en una pintura. Ahora, el hechizo se ha roto y las tremendas féminas están de vuelta para contar diversos episodios de la Historia de México, desde su muy agudo y jocoso punto de vista.
Abriendo un paréntesis en su temática habitual, ahora Las meninas ofrecieron recientemente un programa especial de Semana Santa, en el que ponían en tela de duda --como acostumbran—los hechos que durante siglos se han dado por verídicos, y los contraponen a fuentes históricas para concluir, junto con el público y a grito abierto que: “éstos no son ciertos”.
Historia, humor, música, baile, vestuario, ingenio, creatividad y, por supuesto, mucha, mucha, mucha irreverencia son los ingredientes que en poco más de 90 minutos cautivan al público que “descubre” que aquello que daba por cierto no siempre lo es.
Evangelios apócrifos, textos académicos, tradición oral son las fuentes en las que se basaron los autores (Luis Huitrón y Marvin Ortega) para esta puesta en escena dirigida por el primero de ellos, quien además es también el protagonista de cada montaje, como la tremenda doña María Bárbara.
Junto a él, como siempre, brilla también Christian Escorcia, como la Tía Cecilia, y un elenco siempre entregado. Del reparto anterior se mantienen Marvin Ortega y Norma López, y ahora se han sumado otros jóvenes y talentosos artistas: Tinna Méndez, Ela Valim, Paola Madrigal, Mario Santa Ana y Daniel Páez, éste último un estupendo cantante.
A esto hay que sumar el brillante vestuario diseñado por Marina Orozco, que elaboró para esta ocasión tres vestidos barrocos.
Se explica en el programa de mano que el personaje de “Doña Bárbara porta un ensamble compuesto por un jubón con un peto bordado con perlas de fantasía y encajes de color marfil. La amplia falda es de estilo Mantua elaborada en tela negra con flores de Lis bordadas, símbolo de los borbones.
“Doña Cecilia luce un vestido de tres piezas: falda satinada en tono naranja cobrizo con bordados florales; y doña Alma María porta un vestido de dos piezas de medio luto, compuesto por un jubón con entramado en luces y sombras a juego con una falda de gran vuelo”
A esto hay que muy cuidada producción: Itzel Castillo (caracterización y peluquería); Jovan Jiménez (iluminación); Gerry Pérez (coreografía); Jean Carlo Santamaría (multimedia), y otros varios creativos.
¿Qué dirían un sociólogo, un psicólogo, un politólogo, un comunicólogo, incluso un teólogo, frente a este fenómeno que cada jueves triunfa desde hace años? Quizá pensarían que Las meninas son la voz del inconsciente mexicano, que se atreve a cuestionar y decir lo que siempre nos han hecho creer que es cierto.
Pues más allá de lo que pudieran decir estos especialistas, está lo que dice el público que cada semana da su voto de confianza a Las meninas y las ha hecho, las hace y las hará triunfar.
Las meninas presentarán a partir del 15 de mayo su espectáculo Los plebeyos también lloran; y preparan un espectáculo especial en colaboración con la Secretaría de Turismo, sobre los 700 años de la fundación de Tenochtitlan; y una sorpresa que sucederá a finales de este mismo 2025.