Al fin solos, sí, solos, sin las cantaletas pegajosas, sin los discursos huecos, sin los ataques simultáneos, sin la propaganda en espectaculares, pendones y mantas.
Sin los altavoces y los conciertos gruperos gratuitos, sin el lonche, el frutsi o el tamal y, sobre todo, sin los millones de spots que nos hicieron la vida muy complicada de llevarla en paz.
Terminó el acarreo multitudinario para mítines, ya sea en el propio municipio o de uno vecino, no importa, la dádiva es igual, e inclusive viajes todo pagado al Zócalo capitalino.
Ahora vendrán los acarreos para las urnas, el retrato a la boleta, el desayuno en casa de la lideresa, el reparto de sobrecitos amarillos con uno de 500 pesos, o la promesa de un trabajo, de una posición de aviador en la nómina que incluye hasta médico y medicinas.
Tres añitos de seguridad, sin muchas preocupaciones, solo llevando la fiesta en paz sin contradecir al que manda, aplaudiendo fuerte y trabajando suave, sin que la presión se altere o el corazón lata fuerte, pian pianito pues.
Ahora bien, todos sabemos desde hace semanas o meses por quién hemos decidido sufragar, ya sea por un partido en cascada, o sea, todos del mismo color, o dividiendo el voto, dependiendo de la persona, de su moral, de su fama pública y hasta de la conveniencia personal.
Las encuestas ya no son las de antaño, la gente aprendió a mentir, ya no se sinceran con una serie de preguntas diciendo su verdadero sentir.
Les temen a las repercusiones, al retiro del apoyo social, al despido en los trabajos, principalmente en la burocracia, por ende, cuando son encuestados dicen una cosa, pero hacen otra, por consecuencia las encuestas no son confiables. Todo mundo habla del día “D” como el más importante de la jornada, ya que es precisamente el domingo 2 de junio cuando se muestre si hay o no democracia plena, si hay compra de votos, amenazas, intimidaciones y demás trampas.
Este domingo la ciudadanía saldrá a votar, estimándose se romperán los récords históricos y la ola, sea cual sea su color, inundará al país, pero lo más importante será que no impere la violencia y gane la mejor: Con esto nos daremos por bien servidos ya que el futuro de México depende de ello. Amén.