Dice la Presidenta Sheinbaum que en México no hay censura…
Pero en el primer año de su gobierno van siete periodistas asesinados, el más reciente apenas hace 48 horas.
Al día de hoy, el autor intelectual del atentado al periodista Ciro Gómez Leyva no ha afirmado categóricamente las razones por las cuales contrató a un comando que roció la camioneta blindada del comunicador en diciembre de 2022.
El documento final sobre la reforma a la ley de telecomunicaciones y radiodifusión no está a disposición de la población, por lo que no se puede revisar los cambios a la misma. En esos cambios se supone que la ordenanza de diferenciar información y opinión se limitara a los espacios noticiosos.
Siendo así, ¿Cómo se implementará? ¿Quién decidirá cuando un verbo sea informativo y cuando editorialice? ¿Usar el verbo masacrar en un evento como el de antier en Irapuato -donde en un festejo del día de San Juan masacraron a 10 personas- será adjetivo y dirán que por qué no se usó el eufemismo de perdieron la vida?¿Qué consignará la autoridad como editorialización, los intros de las notas, las notas conocidas en el argot televisivo como Full Track o el comentario sobre ellas de los conductores?¿Quién decidirá qué programa es noticioso y cuál no?¿Ventaneando es un programa noticioso?¿Lo es La Corneta? ¿Lo es la Conferencia Mañanera?
Más aún ¿Cómo será el criterio de selección de los miembros del comité regulador de la Agencia de Innovación Digital y Telecomunicaciones?¿Cómo serán los mecanismos de revocación?¿Quién decide qué código de ética es adecuado y cuál no?
No hay censura, pero la presidencia de la República publicó nuevos lineamientos de participación en las conferencias matutinas. Los reporteros deberán de preguntar y publicar las respuestas que dé la presidenta… aunque dichas respuestas sean vacuas, como la dada el día de ayer sobre la masacre en Irapuato.
Dichos lineamientos limitan el tiempo de las preguntas y las interacciones con la presidenta, hasta de que la dejen mal parada como en los casos de los periodistas Reyna Haydé y Ernesto Ledesma.
No hay censura, pero Layda Sansores declara -en entrevista televisiva a uno de los medios que día caen mejor al poder- que la crítica se acepta siempre que sea sin adjetivos hirientes. De nueva cuenta ¿Quién decide qué hiere al político y qué es aceptable dentro de su diccionario para pieles delgadas?
No, no hay censura, pero se tuerce la ley electoral para sancionar a una ciudadana sin cargo público ni actividad partidista por publicar una opinión en redes sociales contraria a la esposa del presidente de la Cámara de Diputados y la manera en la cual fue seleccionada para un cargo de elección popular. Cuando se devela la sanción, el oficialismo -tanto a través de su vocería como vía las cuentas cercanas al poder- usan una foto de ella con políticos de oposición para justificar la multa, como si existiera no sólo el delito de portación de foto prohibida sino también fuera delito el reunirte en lugares públicos.
No hay censura pero los funcionarios de esta administración enfurecen cuando se les señala el desabasto, la concentración de poder, la ineficacia de la estrategia de seguridad de la pasada administración, los conflictos de interés, las mentiras cotidianas y el dispendio económico que ha endeudado al país casi al doble de lo que se encontraba la deuda pública en 2018.
No hay censura, pero se acusa a los empresarios que tienen medios de comunicación críticos de tener oscuros intereses al relatar la realidad.
No hay censura, pero los únicos que insisten en que no la hay son las plumas cercanas y pagadas por el gobierno.
No, claro que no hay censura.
A otro perro con ese hueso.