Ayer se cumplió una década del deceso de Jacobo Zabludovsky. Esa mañana, recuerdo que estaba el aire y comencé a hilar la historia del periodista más popular del siglo XX en México: su llegada al periodismo escrito, su salto a la radio de la mano de Alonso Sordo Noriega, su paso a la XEW y, de ahí, a redactar los primeros noticieros televisivos, la creación de los formatos noticiosos en la televisión, la conducción de “Diario Nescafé” y cómo Emilio Azcárraga Milmo terminó por suspender dicho espacio para que Zabludovsky. Aceptará en 1970 pasar al horario nocturno para conducir el noticiero que lo consagraría como la figura televisiva del siglo y el principal villano mediático de la oposición al PRI: “24 Horas”.
Antes de llegar a dicha emisión, Zabludovsky comandaba no sólo el noticiero matutino del canal 2, sino que tenía un espacio pequeño a las 7 de la tarde en el canal 4. Era el segmento que se dirigía la tarde del 2 de octubre de 1968.
Cuando se dio la matanza de Tlatelolco, era prácticamente imposible que Jacobo Zabludovsky supiera en tiempo real cómo se llevaba a cabo la masacre: los teléfonos públicos habían sido cortados en la zona, la cual había sido acordonada por el ejército. Algunos periodistas –como Joaquín López Dóriga– lograron salir de la Plaza de las Tres Culturas para redactar sus notas muchas horas después.
Por ello, la versión de que Zabludovsky dijo “hoy fue un día soleado” es inexacta, pero es perfecta para ilustrar el tipo de país que existía en el 68'.
Un país muy similar al que nos dirigimos: con censura previa emanada del poder, controles estrictos del contenido para no contradecir a las autoridades censoras, mecanismos de control hacia particulares críticos al sistema, presas que inhiban la manifestación de ideas, recursos de propaganda que contrarresten las observaciones ciudadanas a los errores del gobierno, periodistas a modo que intenten llamar o atacar a los reporteros y voces que, con hechos, desnuden las fallas de la administración actual.
Zabludovsky insistia en que conducir “24 Horas” no era algo fácil, al tener encima el yugo del gobierno y las implicaciones hacia Televisa que, pese a ser “soldados del PRI” –según también otro trascendido de las palabras de Azcárraga Milmo–, cualquier error podría costar caro a la empresa oa sus empleados. El mismo Azcárraga sufrió el exilio luego de la rechifla no matizada por sus ingenieros de audio que recibió a Miguel de la Madrid en la inauguración del Mundial de Fútbol de 1986.
Otro caso, el cese de Guillermo Ochoa tras transmitir una entrevista que había realizado años atrás a Joaquín Hernández Galicia “La Quina” luego de su detención en enero de 1989.
Jacobo dejó el canal 2 en 1998, luego de años de descrédito y ataques. Se reinventó en la radio, donde le dio espacio a López Obrador, de esos pocos espacios donde el entonces líder opositor podía hablar con libertad.
Otra era TV Azteca. De hecho, ayer se cumplieron siete años de una de las últimas visitas de AMLO al Ajusco. Recuerdo que yo lo recibí como lo había hecho en ocasiones anteriores. En esa, a diferencia de los anteriores, una multitud lo esperaba tanto a su llegada como a su salida.
Eso sí, como en las anteriores, López Obrador estaba agradecido con Azteca, Alatorre y Ricardo Salinas por ser de los pocos que lo habían cobijado en la persecución desde el año 2000.
Hoy, la cosa es distinta. Los alegatos judiciales de Grupo Salinas son los mismos desde antes que llegara la 4T al poder, pero ahora son parte de la propaganda contra Azteca.
¿Qué cambió? La crítica al ejercicio del poder que hoy existe y los resultados desastrosos en seguridad, salud, combate a la corrupción y conflictos de intereses. Esos que pedían, una y otra vez, hizo la televisión en 1968, 1971, 1976, 1985, 1988, en 2000, 2006, 2012 y 2015.
Esos que decían que sólo hacía la prensa escrita y, en específico La Jornada.
A propósito, el día de ayer, luego que hubo 30 muertos en Sinaloa y se encontró un sitio con 320 muertos embalsamados en Chihuahua, el diario favorito del régimen cabeceó su edición con “Postal Nevada de la Mujer Dormida”
Vaya que superaron el Día Soleado del mito de Zabludovsky.