Política

El virus que jamás hallará una vacuna

Hay en el mundo un virus suelto del cual jamás se encontrará la vacuna. Y no hablo del Covid-19, tema que ha dominado nuestras conversaciones en los últimos meses, y que más tarde o más temprano se encontrará la cura y/o vacuna que nos hará dominarlo. No. Hablo de otro virus, mucho más contagioso, apestoso y ponzoñoso:  el racismo, a veces llamado clasismo, pero que en todas sus formas lleva a la discriminación. 

Este virus, aunque siempre ha existido, a últimas fechas se ha hecho más evidente tras los hechos que llevaron a la muerte del afroamericano George Floyd en manos de un policía blanco en Minnesota, y posteriormente lo ocurrido en Jalisco con la muerte de Giovanni López, también a manos de policías. Pareciera que al estar encerrados por la pandemia hubiera salido del encierro lo peor de nosotros mismos: el odio, el resentimiento y la desigualdad.   

Ya sea por el color de piel, por el estrato social, por la preferencia sexual y hasta por la complexión, el virus de la discriminación siempre ha estado presente en nuestra sociedad.  De hecho, la confederación internacional Oxfam en México, publicó un estudio en el 2019 llamado “Por mi raza hablará la desigualdad” en el que se reveló que es 43% más probable conseguir un buen empleo bien pagado si se tiene la piel blanca, o que 1 de cada 3 personas de tez blanca pertenece al 25% del sector más rico del país, 103% más que las de tez oscura.  Son datos que junto a lo ocurrido con George Floyd, explican el porqué se han generado una serie de ataques hacia los “típicamente privilegiados”, en donde el término “whitexican” derivado de la contracción de las palabras inglesas white y mexicans, blanco y mexicanos, ha aparecido pintado en las paredes de colonias como Polanco en la CDMX durante los disturbios que se vivieron la semana pasada.

Por supuesto, nada justifica la violencia y ataques que han sufrido policías, ni los actos vandálicos.  Pero este debate que a últimas fechas se ha avivado, debería servirnos para reflexionar sobre lo que a cada quien le corresponde de responsabilidad.  ¿Cuántas veces has puesto una etiqueta a alguien? ¿prieto, gordo, naco, indio, marica o vieja, son palabras de tu vocabulario?   No nos asombremos por lo que ocurre en materia de racismo en Estados Unidos, cuando somos partícipes de situaciones igual de lastimosas.  Y aunque difícilmente lo podamos erradicar, en las manos de cada uno de nosotros está el extirparnos de ese virus que tanto daño causa.  La vacuna consiste en utilizar una sola etiqueta en uno mismo y en todos los que nos rodean:  “Ser Humano”. O si es nuestro paisano, procura que la etiqueta diga “Mexicano”.   O a ti ¿qué te dice el espejo?.

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Gina Serrano
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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