Gil se había perdido en diversas ensoñaciones, pero el mundo se opone a las ilusiones oníricas. Así llegó a sus manos una entrevista extraña publicada en la revista Der Spiegel en español con John Bolton, de 76 años. Este Bolton ha trabajado para todos los presidentes republicanos desde Ronald Reagan. Durante la primera administración del presidente estadounidense Donald Trump, fue asesor de Seguridad Nacional, antes de que los desacuerdos con el presidente provocaran su dimisión. Bolton es considerado un halcón en política exterior y partidario de la intervención militar. Veamos que dice este halcón:
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(Trump) quiere volver a liderar el mercado. Le molesta muchísimo no estar al frente de la situación. Probablemente por eso abandonó la cumbre del G-7 en Canadá tan abruptamente.
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Los israelíes han hecho cosas similares en el pasado. En 1981, por ejemplo, atacaron el reactor de Osirak en las afueras de Bagdad, el corazón del programa nuclear del dictador Saddam Hussein. Estados Unidos respondió aceptando una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el ataque israelí; así de irritados estaban. En 2007, cuando trabajaba para George W. Bush, los israelíes bombardearon un reactor iraní en Siria, a pesar de no haber recibido nuestra aprobación.
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No sabemos todo sobre este programa. Las dos grandes instalaciones de Natanz y Fordo se encuentran a gran profundidad. Los estadounidenses podrían neutralizar fácilmente Natanz. Israel tendría que bombardear las instalaciones poco a poco con bombas más pequeñas. Lo más difícil es destruir las instalaciones de Fordo. Los israelíes no pueden hacerlo. Solo pueden bloquear las entradas una y otra vez. Pero Fordo es mucho más pequeño que Natanz. Así que si los israelíes destruyen Natanz, ese sería el fin del programa, al menos de la parte que conocemos.
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Mi mayor preocupación es que partes del programa nuclear de Irán estén ubicadas bajo una montaña en Corea del Norte, que suministró misiles Scud, misiles balísticos tierra-tierra de diseño soviético, a la República Islámica desde principios de la década de 1990. Desde entonces, ambos países han estado desarrollando sistemas de lanzamiento. También sabemos que los norcoreanos han construido un reactor en Siria junto con los iraníes.
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Putin está manipulando a Trump como si fuera un violín. Mientras sigue bombardeando civiles en Ucrania, habla con Trump sobre cómo resolver el conflicto de Oriente Medio. Trump se levanta y dice que Rusia debería ser readmitida en el G-7. Putin debe estar sentado en Moscú dándose palmaditas en la espalda.
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(Trump) carece de filosofía política. Confunde la política exterior con sus relaciones personales con otros jefes de Estado. Cree que Putin es su amigo. Durante su primer mandato en 2018 en Singapur, Trump salió de la reunión con Kim Jong-un y dijo: “Nos enamoramos el uno del otro”.
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Netanyahu felicitó rápidamente a Joe Biden tras las elecciones de 2020. Eso es imperdonable para Trump. También le molesta que Netanyahu sea tan hábil para llamar la atención. Netanyahu ahora tiene la sartén por el mango, y Trump debe asegurarse de no quedar completamente fuera de escena.
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(En la Casa Blanca), en principio, ya no existe un Consejo de Seguridad Nacional en funcionamiento. Así que ahora Trump se sienta en el Despacho Oval con su secretario de Defensa, Pete Hegseth; el secretario de Estado, Marco Rubio; la coordinadora de Inteligencia, Tulsi Gabbard; la jefa de Gabinete, Susie Wiles, y el vicepresidente, J.D. Vance, quien no tiene ninguna experiencia en seguridad nacional. Están tratando de decidir qué hacer. Y entonces Trump podría decir: “Llamaré a Bibi (el apodo popular para Benjamin Netanyahu) a ver qué hace”. Y entonces Bibi dice: “Necesito esos bombarderos furtivos B-2 y bombas antibúnkeres. Solo por esta vez. Lo haremos ahora”. Es posible que consiga que Trump acepte.
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(Estados Unidos podría ir a la guerra), mitad y mitad. Quizás Trump intente de nuevo conectar a su enviado especial Steve Witkoff con el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi. Pero también se da cuenta de que si todo termina con la caída del régimen iraní, lo cual es al menos posible, marcaría un punto de inflexión en Oriente Medio. ¿Y todo eso sin que Donald Trump tenga nada que ver? ¿Bibi Netanyahu en la portada de la revista Time? Esos pensamientos son insoportables para Trump. Nada de esto tiene que ver con la geopolítica. A Donald Trump solo le preocupa Donald Trump.
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Como todos los viernes, Gil toma la copa con amigos verdaderos; mientras el mesero trae la charola que sostiene el Grey Goose, Gamés pondrá a circular la frase de Balzac por el mantel tan blanco: “Todo poder es una conspiración”.
Gil s’en va