Gil miró a lontananza. Una nota de Elena G. Sevillano en su periódico El País informa que “La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado hoy el brote de coronavirus pandemia global”. El director general de la organización ha asegurado en rueda de prensa que el elevado número de casos fuera de China hace necesario cambiar la definición a la de pandemia. Tedros Ghebreyesus ha señalado: “Estamos preocupados por los niveles alarmantes de propagación y por los niveles alarmantes de inacción”. El director general de la OMS ha asegurado que la palabra pandemia “no se puede usar a la ligera (…) Es una palabra que, mal usada, puede causar un miedo irracional, o la aceptación injustificada de que la lucha se ha acabado, lo que llevará a un sufrimiento innecesario y a la muerte”.
Se regó el tepache, se diría en la colonia Doctores. O bien, el piojerío se extendió. O sea: el contagio avanza. Pinches italianos: Signore, non abbiamo nulla a che fare con tutto questo. Cualquier cosa que esto quiera decir. Es que de veras. Gil se puso muy nervioso y se lavó las manos tres veces con jabón Palmolive.
El director general de la Organización Mundial de la Salud informó que el número de casos de Covid-19 en las últimas dos semanas se ha multiplicado por 13 fuera de China, epicentro del brote de coronavirus, registrándose más de 118 mil casos en 114 países y 4 mil 291 muertes.
También aseguró que más de 90 por ciento de todos los contagios se ha producido únicamente en cuatro países, y que dos de ellos (China y Corea del Sur) ya han conseguido rebajar el número de casos.
Tacos
Gilga no duda de la gravedad de esta pandemia, pero se pregunta si de verdad es tan seria y por qué: “la Organización Mundial de la Salud ha estado evaluando este brote durante todo el día y estamos profundamente preocupados tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción. Por lo tanto, hemos evaluado que el Covid-19 puede caracterizarse como una pandemia”, dijo Ghebreyesus. Gil sigue sin comprender, pero no hagan caso.
El máximo responsable del organismo internacional referido expuso que describir la situación como pandemia no cambia la evaluación de la amenaza que supone el coronavirus. Ay, nanis, Gil ya empezó a limpiar las perillas de las puertas, las superficies de las mesas, en fon. Oigan esto por piedad: “No cambia lo que está haciendo la OMS y tampoco cambia lo que deberían hacer los países (…) Hemos estado pidiendo cada día a los países que tomen medidas urgentes y agresivas. Hemos dado la señal de alarma alto y claro”.
Gil compró gel antibacterial, guantes, alcohol: ¿alguien le puede decir a Gil qué le hace falta? Si Gilga se come unos tacos, ¿se infecta? Porque de ser así, Gamés ha vivido infectado desde los 8 años. Y ni que decir de sus 14, cuando era capaz de comerse 20 tacos al pastor, pero esa es otra historia y otros virus.
El experto de la Organización Mundial de la Salud apuntó que 81 países no han comunicado ningún caso de coronavirus y que 57 han registrado 10 casos o menos. “No podemos decirlo más alto, más claro o con más frecuencia: todos los países están a tiempo de cambiar el curso de esta pandemia… Si los países detectan, hacen el test, aíslan, buscan los contactos y movilizan a su ciudadanía en la respuesta, los que solo tienen un puñado de casos de Covid-19 pueden prevenir que se conviertan en grupos de transmisión y que estos se conviertan en transmisión comunitaria”. Gil no sabe si rezar o rozar, preferiría lo segundo, eso que ni qué.
Gil piensa que el subsecretario Hugo López-Gatell (se les coló un inteligente en el gabinete) es un hombre preparado y un funcionario de punta y punto, pero él sabe y lo ha dicho que ante un embate contagioso del coronavirus faltarán medicinas y camas. Y conste que lo dijo él y no Gilga.
Todo es muy raro, caracho, como diría George Bernard Shaw: Las epidemias han tenido más influencia que los gobiernos en el devenir de nuestra historia.
Gil s’en va