Política

La marcha sin fin

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La marea rosa ha despojado al oficialismo de la presunción abusiva de movilizar grandes multitudes, no pocas veces por acarreo, vieja maña priista; esa historia se acabó después de esta tercera marcha convocada por organizaciones civiles

Gil asistió de incógnito a una de las manifestaciones masivas más grandes que haya presenciado. Gigantesca. La memoria juega con la mente de Gilga, pero recuerda movilizaciones enormes como la del Zócalo Rojo, cuando el PSUM le arrancó al PRI el uso político exclusivo del Zócalo; desde luego, Gil tiene edad para recordar alguna de las grandes concentraciones del Frente Democrático Nacional que encabezó Cuauhtémoc Cárdenas; recuerda también las grandes manifestaciones en apoyo de Liópez durante los días del desafuero. Una más en contra de la violencia, numerosa, que desde luego Liópez descalificó con su habitual vulgaridad lingüística.

La marea rosa ha despojado al oficialismo de la presunción abusiva de movilizar grandes multitudes, no pocas veces mediante el acarreo, esa vieja maña priista. Esa historia se acabó después de esta tercera marcha rosa organizada por organizaciones civiles. Anjá, los conservadores, los neoliberales, los aspiracionistas. Dirán la misa morenista, pero esa multitud no puede asistir a una marcha sino por su propia decisión, oh sí, con la pena compañero Batres, en la ciudad que usted gobierna. Mejor admítalo y no se torture, o no lo niegue, porque es innegable.

Las plazas llenas no ganan elecciones, pero en ocasiones se convierten en indicadores del humor público. Así las casas (muletilla patrocinada por el licenciado Bartlett, ese patriota según Noroña), si Gil fuera Clara Brugada estaría preocupadísimo, mordiéndose los codos y las codas. Brugada sufre. Gamés tiene la impresión de que en la ciudad la candidata de Morena se las verá negras. De Gil se acuerdan.

Mal humor

Gamés caminaba y escuchaba: “De esta marcha libre, queremos voto libre”. Un grito colectivo repetido muchas veces llamó poderosamente la atención de Gil (ya quedamos respecto a la atención y el poder): “Vamos de Frente sin narco presidente”. No comments, diría el clásico del Presidente, don Carlos Monsiváis.

Gamés no cree que el Presidente estuviera en sus habitaciones presidenciales a la hora de la concentración, preso en su palacio, pero donde haya pernoctado, imagina que mientras se bañaba en las aguas egocéntricas de su libro ¡Gracias! y se untaba perfumes de vanidad, algo empezó a oler mal, tal vez el pésimo humor destila vapores asfixiantes. Por estas razones y sin razones el presidente dijo: “Están convocando a la manifestación para defender la corrupción, buscan que regresen los corruptos, aunque digan que les importa la democracia”.

Leyeron bien, Gil no ha citado mal: “para defender la corrupción”. La multitud que abarrotó el Zócalo y calles aledañas defiende la corrupción. Eso define la concentración del Zócalo, así es la cosa según el Presidente de México. ¡Mecachis! Gamés busca un muro para darse de topes.

Lorenzo Córdova

Resulta que sí tenemos hombres y mujeres en la vida pública capaces de pararse frente ante una multitud y ofrecer un discurso bien trabado, emocionante, serio y conceptual. Esto lo ha demostrado Lorenzo Córdova en su intervención en el templete del Zócalo.

Córdova viene de la tormenta que desató Liópez sobre el INE, sus consejeros, su aparato administrativo. Hace ya tiempo Gil escribió esto que quiere poner de nuevo en esta página del fondo: “Ahora mal sin bien, los consejeros electorales y el INE con Córdova a la cabeza han demostrado que se puede disponer de recursos con limpieza y organizar una elección monstruo con aseo y eficiencia. ¿Nadie todavía de los que difamaron al INE? Silencio. A Gamés le enseñaron que la preparación y el conocimiento deben ir por delante de toda actividad. De nada sirven los gritos militantes, las asambleas y las peroratas sin inteligencia y empeño intelectual”.

Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: una guía inteligente y democrática puede impedir que la multitud se convierta en una jauría.

Comuníquenme con Jesús, y con Jenaro, y con Martí, y con Napoleón Bonaparte. De inmediato se presentaron ante el presidente Jesús de Nazaret, Jenaro Moreno, José Martí y el Bonaparte: a sus órdenes, señor, qué podemos hacer por usted. ¡Castapasanda!, gritó el Presidente con su libro abierto: ¡Gracias! Se dice que todas las noches Liópez lee un capítulo y se envanece. Ah, qué párrafo más inspirado, comuníquenme con Pedro Miguel.

Todo es muy raro, caracho, como diría Francis Bacon: “No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente”.


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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