Política

La cultura en andrajos

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la cultura mexicana en andrajos. Gamés se refiere a la política cultural del gobierno. Gil no recuerda una Secretaría más anodina, inútil, imposible que la que encabeza Alejandra Frausto. ¿Alguien sabe a qué ha dedicado su tiempo?  A nada. A insensateces y a decir que no tiene dinero. Pues si no tienen dinero cierren su changarro que de por sí no ha servido para nada. Un proyecto de la Secretaría de Cultura, Gil es todo oídos: no se oye nada porque no hay nada que oír. Una funcionaria buena para absolutamente nada que no sea repetir dos o tres ecos de lo que pesca en el río de la prensa porque no la llaman ni de casualidad sus jefes. Pero no es lo peor que tenemos en cultura estatal: Lucina Jiménez, directora de Instituto Nacional de Bellas Artes, debió renunciar hace tiempo, pero como el Presidente no toma en cuenta a la cultura ni de casualidad, le importa un cacahuate (ni siquiera una almendra) todo pasa y todo queda. Dirán los borregos presidenciales: quieren dinero y como no les dan, critican la transformación. Anjá.

Gilga insiste: la cultura del Estado está en jirones. De por sí nunca ha sido una gran propuesta del Estado mexicano, pero en estos días repta. Y Taibo fuma y hace la revolución insultando a sus críticos. A ver, Taibo, diga algo muy grosero, pero fuerte, no sea tímido. Si lo hace, Gamés le regala una camiseta que diga: “Soy Taibo y les tengo un regalo con dobleces”, y otra que diga: “Nos los vamos a chingar”. Un gran editor, un hombre que busca la diversidad cultural. Oh, sí.

Unos y otros

Gil meditó: ante el panorama de la destrucción de la cultura estatal mexicana, la obra de Raúl Padilla es simplemente de otro mundo, del mundo de la construcción ante el mundo de la destrucción. Ayer Gil se refirió a la FIL, pero no puso todos los años, muchos, de impulso al libro que esa feria ha logrado. Sería una mezquindad no hacerlo. Raúl Padilla puede tener todos los defectos que usted quiera, pero ha creado bienes culturales fundamentales para el país. Ahora mal sin bien, Gil sigue pensando que una gran FIL virtual hubiera sido de gran impacto en el mundo. Sí, Gil ha escrito mundo y considera que la pandemia trajo a las pantallas el conocimiento. No podremos evitarlas, todo pasará desde ahora por el mundo digital. Así las casas (muletilla patrocinada por el

licenciado Bartlett).

El CIDE

Gil lo leyó en su periódico Notivox en una nota de Alejandra Zárate: de que Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, aceptó dialogar con la Asamblea de Estudiantes del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas. La directora sostuvo el nombramiento de José Antonio Romero Tellaeche. Por primera vez, dice la nota de Zárate, la directora visitará las instalaciones del CIDE, el instituto lleva once días en paro de actividades. El encuentro fue pactado (ah, al fin, una voz pasiva) después de una conversación de tres horas vía zoom entre las partes en conflicto: “La directora del Conacyt tenía un modelo de diálogo circular. El plan empezó a salirse de control porque la idea de la dirección era anunciarles que no habría represalias y que todo lo demás tenía que ser con normalidad, que tenían que desalojar el CIDE”. Resulta que los docentes rechazaron la oferta digamos generosa de que no serían corridos a patadas del instituto.

La directora Álvarez-Buylla dijo algo que Gilga impondrá en letras doradas en el amplísimo estudio, al menos durante un buen tiempo: “no hay nada que pueda ser más destructor de la comunidad académica que la imposición de un solo pensamiento”. Gilga jura y perjura que esto es cierto. Como suele pasar, la Asamblea pretende ahora tener incidencia en los procesos administrativos internos del CIDE “y priorizar en la agenda de dirección del organismo la atención a los problemas de género y no discriminación; asimismo rechazan la asociación política de carácter partidista”. Uta, en fon.

Todo es muy raro, caracho, como diría Milan Kundera: “La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”. 

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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