Todo parecía lavado y planchado para que la Reforma Judicial pasara por el arco del triunfo de Liópez Obrador. Pero en política lo inopinado ocurre. Gil lo leyó en una nota de Latinus: “en una improvisada conferencia de prensa, luego de una reunión de diputados federales de Morena con la próxima Presidenta, Ricardo Monreal confirmó que la reforma electoral (sic) que envió el Presidente Liópez al Congreso en febrero quedará fuera del paquete de las 20 iniciativas que envió al Congreso en febrero de este año”. Pero… en la nota, en lugar de decir judicial decía electoral.
Gil se puso a temblar. Luego en su portal de MILENIO se publicó la noticia: “Sheinbaum sugiere no dar fast-trak a la reforma judicial”, lo cual no es falso. Enredado en esta confusión y si Gil entiende algo, por buenas y malas razones, ésta habría sido la primera decisión de la Presidenta electa, un paso para cuidar su llegada a la Presidencia y aunque ella misma lo negara, un deslinde, una postergación, si se quiere, que ya le prometía serias consecuencias a su gobierno.
Pero nada de nada. Olvídenlo. La reportera Leticia Robles fue muy clara en su versión: “Senador Monreal: ¿por qué se detuvo la reforma electoral? Respuesta: Ah, esa fue una decisión y una opinión de la doctora Sheinbaum para poder analizar con mayor detenimiento y para incorporar otros temas y materias que son producto del proceso electoral que acabamos de terminar”.
También es cierto que Ricardo Monreal afirmó que el “proceso de aprobación de la reforma judicial del domingo no significa que se apruebe el mismo domingo. Pero no se posterga”.
Fin de la confusión. No hay un deslinde, ni una decisión presidencial para obtener eso de lo que ningún presidente puede prescindir: identidad propia. Con la pena.
Problemones
Los problemas a los que la Presidenta se enfrentará crecerán, ni duda cabe. Para empezar, la institución bancaria de Estados Unidos J.P. Morgan aseguró que “los efectos en el corto plazo de las reformas que se plantean al Poder Judicial serán un menor apetito para la inversión y un riesgo de rebajas a la calificación crediticia significativo para el próximo año”.
A Liópez las calificaciones le importan una almendra, pero al mundo no, aunque el mundo, lo sabemos, no exista para el Presidente Liópez. Las declaraciones de Morgan, o como se llame, ocurrieron después de la resolución del Consejo General del Instituto Nacional Electoral que aprobó la distribución de plurinominales en la Cámara de Diputados con el método vigente. Según esto, se confirma la mayoría calificada de Morena-PT-PVEM con 364 curules, 30 más de las que necesita para la aprobación exprés del paquete de las diferentes reformas.
J.P. Morgan indicó que reevaluará sus perspectivas económicas para el país a mediano y corto plazo, una vez que se tenga más conocimiento de las reformas planteadas y los estatutos de las mismas. La verdad a Gil no puede sino impresionarle este asunto. Aigoeeii.
La pausa
Gamés agrega a esta situación no del todo ventajosa para México, las comisiones declarativas en las cuales el Presidente Liópez ha puesto en pausa a las embajadas de Estados Unidos y Canadá por intervenir en asuntos internos de nuestro país. ¿En pausa? ¿Nadie le explicará a Liópez lo que significan las normas diplomáticas? Si se trata de darse contra las paredes, el Presidente gana de todas, todas.
Gil imagina a Juan Ramón de la Fuente, próximo canciller, jalándose los pelos, bueno, no mucho, porque se despeina y eso le molesta muchísimo; y a Marcelo Ebrard, secretario de Economía, haciendo las cuentas de cómo negociará el T-MEC. Y Liópez: pues se las arreglan como puedan, pero a mí mis timbres. Ah, malvado, en el día del juicio final, etcétera.
Gilga lo leyó en su periódico El País en una nota de Almudena Barragán: decenas de jueces, magistrados y cientos de trabajadores del Poder Judicial se han congregado afuera y no adentro del Palacio de San Lázaro. “El coloso de piedra que concentra a varios juzgados en la capital se ha convertido en el epicentro de las protestas contra la reforma judicial que prepara el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Los últimos en sumarse han sido más de mil 200 juzgadores de la Asociación Nacional de Magistrados y Jueces que decidieron comenzar un paro indefinido de labores este miércoles”. El teatro donde aparecerá la presidenta Sheinbaum es un desastre, la verdad de las verdades.
Todo es muy raro, caracho, como diría Giacomo Leopardi: “Las personas no son ridículas sino cuando quieren parecer o ser lo que no son”.
Gil s’en va