Hegseth es un veterano del ejército, presentador y comentarista televisivo de 44 años; se ha distinguido por su historial militar, sus posturas ideológicas extremas, marcadas por una defensa a ultranza del nacionalismo estadunidense
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil cavilaba: vidas que da la vuelta. Desde el gobierno y Morena se defiende la soberanía mexicana y se pide unidad ante la barbarie que impulsa Trump. Las amenazas empiezan a cumplirse. No deja de ser una paradoja: durante años, en especial los últimos seis, Liópez se dedicó a dividir, a agraviar, a abusar de su poder. El ex presidente se empeñó cada mañana de su gobierno en insultar a quienes no piensan como él.
Ahora toca cerrar filas, se oye aquí y allá. De acuerdo, pero Gil pone en la mesa esta salvedad: hasta hace unos meses, división de fuego, nosotros los buenos, ustedes los malos, adversarios de la derecha; ahora, unidad y defensa de la soberanía. Que conste la reserva del caso a la que se atiene Gilga.
Ahora mal sin bien, de que la mano viene pesada, no hay duda ninguna. Y para muestra, no un botón sino un traje completo de militar, el del nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos: Pete Hegseth. “Con un resultado 51-50, donde el vicepresidente de Vance emitió el voto del desempate, la designación de este leal aliado de Donald Trump con un historial plagado de polémicas anticipa, según algunos expertos, un giro en el Pentágono hacia políticas más nacionalistas y eventualmente aislacionistas”. Gil leyó todo esto en el Portal BBC/Mundo y en una investigación de Atahualpa Amerise.
Veterano y comentarista de tv
Hegseth es un veterano del ejército, presentador y comentarista televisivo de 44 años. Se ha distinguido tanto por su historial militar como por sus posturas ideológicas extremas, marcadas por una defensa a ultranza del nacionalismo estadunidense y duras críticas a instituciones internacionales como la OTAN.
Hegseth asume la responsabilidad de encabezar al mayor ejército del mundo en un contexto conflictivo (con-con), desde la guerra de Ucrania hasta el conflicto en Medio Oriente. Se graduó con honores en Ciencias Políticas en Princeton, donde comenzó a definir su ideología conservadora como editor de la revista The Princeton Tory. Como oficial de infantería, sirvió en Irak y Afganistán y obtuvo reconocimientos como la Estrella de Bronce por su actividad en las zonas de conflicto.
Hegseth dirigió organizaciones de veteranos como Vets for Freedom y Concerned Veterans for America, promoviendo políticas conservadoras en materia de defensa. Estas etapas también estuvieron marcadas por denuncias sobre su gestión financiera, irregularidades y conflictos internos. Su incorporación a Fox News como comentarista en 2014 y tres años después como presentador de uno de los programas de mayor audiencia de la cadena lo convirtió en un rostro visible del nacionalismo conservador.
Pasado negro
Durante el proceso de confirmación de Pete Hegseth, reaparecieron en el balcón de su pasado acusaciones que van desde maltrato doméstico y abuso de alcohol hasta el pago de 50 mil dólares a una mujer que lo acusó de agresión sexual en 2017.
Hegseth ha negado las acusaciones, lo raro habría sido que las admitiera: sí, soy borracho, maltrato mujeres, agredo sexualmente. Su ex cuñada Danielle Hegseth reveló que la segunda esposa del hoy secretario de Defensa temía por su seguridad durante su matrimonio, al punto de esconderse de él en un armario durante un episodio de supuesta violencia doméstica. Un clásico de Gilga: meterse al clóset si las cosas se ponen muy feas.
Durante su liderazgo en organizaciones de veteranos como Vets for Freedom y Concerned Veterans for America, Hegseth fue acusado de usar fondos ajenos con fines personales, además de ignorar denuncias internas de mala conducta, entre ellas presuntos casos de acoso sexual dentro de los equipos que dirigía.
Esta es la fichita que se encargará de informar, recibir órdenes y actuar al frente de la potencia militar más poderosa del planeta.
Las críticas de Hegseth a instituciones como la OTAN, a la que calificó como “obsoleta” y dependiente de Estados Unidos, podrían tensar aún más las relaciones con socios estratégicos, especialmente en Europa. Algunos pronostican, además, que su enfoque nacionalista podría reconfigurar las prioridades del Pentágono hacia una política exterior más aislacionista en un momento en el que la cohesión militar del bloque occidental es más necesaria que nunca.
Así las casas (ya en serio, ¿no va a regresar Bartlett?), se nos viene la noche: un Presidente bravucón, misógino, supremacista, racista, aislacionista, en tres palabras: un líder fascista, seguido por un gabinete de ricos, intemperantes, fanáticos. Aigoeei.
Todo es muy raro, caracho, como diría Ortega y Gasset: “El que no puede lo que quiere, que quiera lo que pueda”.
Gil s’en va