El Presidente encabezó el desfile del 20 de noviembre en el Zócalo y aseguró que en la “revolución pacífica, pero humanista que se está llevando a cabo en México, no debe de extrañar que las fuerzas armadas estén ayudando tanto, tanto”...
Gil está de plácemes, se siente cobijado, protegido como en una cuna cálida. El presidente Liópez aseguró que México tiene como “ángel de la guarda” al gobierno democrático y a las fuerzas armadas, para que los ciudadanos puedan vivir con paz y bienestar. Ah, ¿piensan ustedes que esto es una broma?, ya no hay vaciladas, todo se ha vuelto realidad, aquí vamos: “Es muy satisfactorio el poder decir al pueblo de México que tiene a su lado, como ángel de la guarda, al gobierno democrático, al Ejército, a la Fuerza Aérea, a la Armada y a la Guardia Nacional, para que nuestro pueblo pueda vivir con paz y bienestar”. ¿Cómo la ven? Sin albur.
El Presidente, que cuida muchísimo la investidura, encabezó el desfile de la Revolución Mexicana en el Zócalo y aseguró que en la “revolución pacífica, pero profunda y humanista que se está llevando a cabo en México, no debe de extrañar que las fuerzas armadas estén ayudando tanto, tanto”. Y duro y dale con los militares; como diría el clásico de Palacio: ya chole: “No debe extrañarnos que ahora, en esta nueva etapa, en esta revolución pacífica, pero profunda y humanista, que estamos llevando a cabo entre todos, todas, y desde abajo, no debe de extrañar que nos estén ayudando tanto, tanto, las fuerzas armadas”.
Timbre de orgullo
Gil lo leyó en su periódico El Universal en una nota de Pedro Villa y Caña y Daniela Wachauf. Dijo Liópez: “El general Luis Cresencio Sandoval González dio a conocer lo aportado por el Ejército en bien de nuestro pueblo; muchas obras, muchas acciones en todo el país en beneficio de los mexicanos. Otro tanto ha hecho la Secretaría de Marina. Por eso, es un timbre de orgullo poder conmemorar un aniversario más de la Revolución de 1910, demostrando con hechos, decía un gran revolucionario precisamente, el general Francisco J. Múgica: ‘Hechos, no palabras’”. Mecachis en veinte, decía el extinto padre de Gamés: así o más militarista.
Acompañado por integrantes de su gabinete legal y ampliado, así como por Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Liópez destacó el origen popular tanto de la Secretaría de la Defensa Nacional, como de la Secretaría de Marina, y lo cual, comparó, los hace diferentes a otros ejércitos del mundo los cuales, indicó, se caracterizan “más por su elitismo y por estar ajenos a las causas populares”. Ay, Dios de los civiles, bajen y ayuden al pobre Gamés, perdido en este mundo militar.
No ser y no ser
Lean por piedad: Claudia Sheinbaum, precandidata presidencial por Morena y sus aliados de escombro vergonzoso, el PT y el Verde, inició esta etapa en el World Trade Center de Boca del Río, Veracruz. Durante la entrega de su registro, señaló que dará continuidad al movimiento que inició el presidente de la República sin zigzagueos y estará a la altura de las circunstancias en unidad.
“Jamás traicionaré el anhelo del pueblo de México, construyendo una nación más justa, libre y soberana”. En su arranque de precampaña aseguró que es tiempo de mujeres transformadoras y humanistas, y que se acabó el “calladita te ves más bonita”.
Sheinbaum recordó, oh, sí, algunos de sus sueños para la continuidad de la 4T, y dijo que va a recuperar los trenes de pasajeros, el tren México-Veracruz, Puebla-Veracruz, Veracruz- Coatzacoalcos, y que este último se conectará con el Tren Maya. En un momento de gran originalidad, Sheinbaum dijo que no le fallará al pueblo de México y Veracruz, y que en 2024 solo habrá dos opciones: si se regresa al pasado de corrupción y privilegios o si se camina con la “Cuarta Transformación de la Vida Pública de México”.
Sheinbaum mencionó algunos de sus sueños para darle continuidad a la cuatroté: no regresar los lujos de antes como el Estado Mayor Presidencial ni el avión presidencial, pero sí fortalecer los programas sociales, y que de manera paulatina dará un apoyo a los niños y niñas de escuela pública tal como lo implementó cuando fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Si Gil entendió algo, Sheinbaum no es Sheinbaum, es decir, ella es él. Qué difícil dejar de ser uno mismo para convertirse en otro, sin voluntad, sin estructura, sin carácter, sólo un reflejo. ¿Cómo ven a Gil interpretando lo obvio. Gil, maestro de la obviedad.
Todo es muy raro, caracho, como diría Charles Caleb Colton. “La imitación es la forma más sincera de la adulación”.