Recién comenzaba el gobierno de Enrique Peña Nieto, el ex mandatario federal salió en una portada en The Times, periódico británico especializado en economía, con el encabezado “Salvando a México”.
Durante 2013 y principios de 2014 México estaba en boca de inversionistas, fondos de inversión y empresas multinacionales, el motivo era que México vivía un contexto económico favorable derivado de las reformas estructurales impulsadas por el gobierno peñista, era el “Mexican Moment” (el momento mexicano) decían los analistas especializados en economía y finanzas, sin embargo, la corrupción del Gobierno Federal, la mala implementación de las reformas, además de acontecimientos geoeconómicos y políticos exógenos originaron que el momento mexicano no se cristalizara.
Actualmente México vive otro momento mexicano, recientemente la revista británica Money Week tituló en su portada “Mexico´s moment, investing in the fiesta”.
Factores económicos y políticos propician la llegada de nuevas inversiones extranjeras, la inflación bajó en últimos meses, siendo uno de los países con menor inflación de Latinoamérica, el último informe del Índice Nacional de Precios al Consumidor (IPC), elaborado por el INEGI, arrojó en agosto una inflación del 4.64%, asimismo, existe una política fiscal prudente por parte del Gobierno Federal (a pesar de que en el presupuesto de egresos de la federación se plantea aumentar la deuda del gobierno).
Lo más relevante de este segundo momento mexicano es que ha sido originado principalmente por una circunstancia geopolítica y geoeconómica: la guerra comercial entre China y Estados Unidos, originando con ello el fenómeno del nearshoring.
El nearshoring está ocasionado que empresas extranjeras que tenían como centro de operaciones China arriben a territorio nacional.
México es un país muy atractivo por las circunstancias antes mencionadas, no solo empresas con capital estadounidense y europeo quieren invertir, también las de origen asiático.
Hay una competencia brutal de las empresas chinas dentro de su país, por eso muchas de ellas están optando por relocalizar sus operaciones en otros destinos, siendo México una de las principales opciones.
México tiene que aprovechar la tesitura del nearshoring, pero debe venir acompañada de una política industrial estratégica que involucre a las empresas locales y a las PYMES, de nada servirá traer inversión extranjera directa sino tiene un impacto benéfico para las empresas locales mexicanas, seguiremos siendo meros receptores de inversión y generadores de empleos con sueldos medianos.
Si queremos detonar el mercado interno de la economía necesitamos darle un valor agregado a las inversiones extranjeras que llegarán.
Es importante que los beneficios del nearshoring no solo se den en estados del norte, bajío y centro, tal como fue con el TLCAN.
No debe existir una balcanización de la economía (léase mi columna:
https://www.notivox.com.mx/opinion/gerardo-torres-valdes/nuevos-rumbos/la-balcanizacion-de-la-economia-mexicana), se tiene buscar que las inversiones también lleguen a los estados del sur.