El peronismo se encuentra en una tesitura complicada. Sergio Massa, ministro de economía y candidato de la coalición peronista de centro izquierda, hace dos semanas obtuvo el tercer lugar en las elecciones primarias, mejor conocidas como primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), con el 27.3% de la votación; el segundo lugar fue para Patricia Bullrich, candidata del macrismo y de la coalición centro derecha “La Fuerza del Cambio” con el 28.3%.
La sorpresa fue que Javier Milei, candidato libertario y de ultraderecha por la coalición “La Fuerza del Cambio”, fuese el ganador con el 30% de los votos.
Milei es un outsider de la política argentina, no es parte del establishment político que a lo largo de 23 años se ha repartido el poder entre el peronismo-kirchnerismo y los partidos de centro derecha (quienes desde hace 12 años tienen a Mauricio Macri de líder moral y político).
La economía argentina está por los suelos, ello se debe en gran parte a la pésima gestión del actual mandatario Alberto Fernández para manejarla.
Argentina tuvo un crecimiento económico vertiginoso de la mano de Néstor Kirchner, presidente de 2003 a 2007, gracias a la exportación de commodities con precio alto y que tuvieron como principal cliente a China.
En aquel entonces la economía argentina alcanzó tasas de crecimiento del 8% y 9% del PIB, hoy el panorama es distinto.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), se prevé que el PIB argentino se contraiga un 1.6%. La inflación en el mes de julio fue del 115%, lo que ha encarecido muchos productos.
El bolsillo de los argentinos cada día rinde para menos.
¿Por qué está en peligro el peronismo de perder el gobierno federal?
En primera instancia porque no han solucionado el problema macroeconómico, la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tenido momentos de tensión, afortunadamente el día de ayer el organismo internacional aprobó un desembolso, previamente pactado, de 7,500 millones de dólares con la finalidad de fortalecer las reservas del Banco Central argentino a fin de estabilizar la economía del país sudamericano.
Por otro lado, las diferencias entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner originaron que los grupos políticos que conforman la coalición peronista terminaran enfrentándose al interior del partido justicialista, provocando un desgate en el ejercicio del gobierno.
Las proyecciones económicas no son nada alentadoras para la Argentina de cara a los comicios para elegir al nuevo presidente el próximo 22 de octubre.
La población tiene un hartazgo hacia la clase política, sea esta de derecha o de izquierda, ningún partido político dio soluciones a los problemas económicos de la tercera economía más importante de Latinoamérica en los últimos 10 años.
Milei tiene el camino allanado para ser el próximo presidente de Argentina.