Están ocurriendo dos fenómenos muy preocupantes en la zona sur de Tamaulipas: la irresponsabilidad ciudadana y el silencio de las autoridades. Desde hace mucho tiempo, se ha vuelto común que el ciudadano en general y en ocasiones también pseudoperiodistas, lanzan en redes sociales toda clase de conjeturas y afirmaciones sobre situaciones que nos preocupan a todos. Hay muchos fenómenos sobre los cuales la autoridad guarda silencio, abusando del concepto de secreción y cuidado de las investigaciones, dejando pasar incluso años, sin informar a la ciudadanía las cosas que realmente suceden de fondo y dando pie a que el pánico y la psicosis vayan en aumento. Es comprensible que muchas personas en su desesperación, lancen afirmaciones al aire y especulen sobre diversos fenómenos, exigiendo respuestas. En donde hay esta sensación de injusticia, tenemos como génesis la falta de claridad de las instituciones. Pero nada justifica la actitud irresponsable para abusar de la libertad de expresión en las redes sociales, que cada vez van perdiendo más y más credibilidad. Es vergonzoso que el ciudadano común caiga en ese tipo de prácticas denostativas, pero es todavía más reprobable, que las voces de quienes ostentan el deber de informar a través de los medios, nos lleven a la precipitación de la noticia y a generar suposiciones, buscando la primicia y el sensacionalismo. Y los likes por supuesto. Hay explicaciones que la autoridad le debe a la ciudadanía desde hace varios años. Hay explicaciones que los funcionarios tienen que dar porque están recibiendo un salario erogado de nuestros impuestos. Son servidores públicos; las instituciones no son su negocio propio ni privado.
El silencio cómplice, y el misterio incluso, han trascendido a problemáticas internacionales que siembran en la ciudadanía incertidumbre y temor: tiempo atrás una chica mexicana apareció muerta flotando en un río en Alemania. Y nunca hubo una explicación sobre la causa. El gobierno mexicano nunca exigió o por lo menos no dio a conocer a la ciudadanía la verdad del caso. Lo que tendríamos que estar haciendo es exigir respuestas y dejar de publicar tonterías en redes sociales.