No es lo mismo una familia integrada que una familia funcional. El primer concepto hace referencia a los miembros (padres e hijos) que viven bajo el mismo techo y comparten lazos sanguíneos, roles y estructura.
Ser padres funcionales significa cumplir como familia, el objetivo para el cual decidimos formar un hogar y lograr que nuestros hijos desarrollen su propia motivación para contribuir al bienestar en común en esa casa.
Cuando presenciamos hechos violentos, tan graves como el zafarrancho vivido en la playa Miramar recientemente, desconocemos si las familias de los jóvenes pendencieros están o no integradas. Lo que es evidente es que son, de pies a cabeza, disfuncionales.
¿Qué errores tan graves tiene que estar cometiendo un padre de familia, para que su hijo sea capaz de perder por completo el control con el alcohol y desarrollar un impulso homicida, para reventarle en la cabeza una botella de vidrio a otra persona?
Sin duda podemos deducir que son padres ausentes y permisivos; que nunca fomentaron en ellos el mínimo sentido de empatía y preocupación por los demás. Que están muy distraídos en 1000 cosas y no tuvieron ni el tino ni el deseo de construir una personalidad sana en su descendencia.
¿Qué tan hueca y desagradable tiene que ser su dinámica familiar, para que a un joven le parezca la cosa más normal del mundo, el embriagarse de manera extremista, como si el alcohol fuera a terminarse en una noche? ¿De qué están huyendo los jóvenes alcohólicos y drogadictos, para evadirse de la realidad a través del abuso de sustancias?
Ningún chico nació con ese extravío mental y emocional: están respondiendo a la dinámica emocional con que fueron criados. A la brutal falta de autoridad que reina en sus hogares. A la triste realidad de que sus padres decidieron tener hijos por deporte.
¿Y qué hay de la terrible indiferencia de las fuerzas de seguridad que se mantuvieron al margen en todo momento? Muy probablemente, proceden de historias familiares muy parecidas a las de los jóvenes pendencieros: les importa un comino el bienestar de los demás. Sus padres estuvieron pintados en la pared. Son la historia de una familia que tampoco funcionó.