Una mujer es agredida por el nefasto orangután de su pareja en una taquería en Xalapa Veracruz. Esto circula en un indignante video grabado días atrás, en donde, tras una discusión absurda, el cobarde sujeto le arroja un plato de tacos en la cara, la golpea y le vacía un traste con salsa picante en la cabeza. Otras imágenes circulan al mismo tiempo, pero tomadas en Irán, donde cada vez más mujeres se están atreviendo a salir a la calle sin el característico “hiyab” o velo, con que la religión musulmana extremista, las obliga a cubrir su cabeza y el pecho, so pena de recibir un severo castigo.
Ambos escenarios reflejan la misma locura machista y retrógrada: el hombre que se considera con derecho de control sobre las mujeres. Después de siglos de opresión y sumisión, comenzamos a ver pequeñas pero significativas luces de un despertar femenino en el mundo árabe. En la cultura latina, en ese sentido el escenario es similar. El despertar es lento. Desesperante la mayor parte de las veces. Escenas humillantes como la de la taquería en Xalapa, se repiten diariamente, incluso con consecuencias mortales y no sólo con una agresión con tacos y salsa. Pero lo más sorprendente, es la sumisión de muchas mujeres mexicanas que, a diferencia de las iraníes, llevan no un velo, sino una venda en los ojos. Esa venda tiene el mismo símbolo que el velo: le da cobijo a una creencia indignante de sumisión y obediencia femenina. ¿Cuál escenario es peor? ¿Las mutilaciones y palizas de las musulmanas, o las golpizas mortales que soportan las mexicanas? El nivel de humillación probablemente sea peor en nuestro país; las mujeres golpeadas defienden a sus maridos y se van a golpes contra la policía si esta intenta detenerlos. Vuelven con el patán golpeador una y otra vez por sí mismas, incluso sin flores ni palabras de perdón. Con la venda que les cubre los ojos. La misma venda que un día termina por hacerse más grande y convertirse en mortaja.
Otras se conmueven con lágrimas, súplicas y flores tras cada golpiza. Hasta que un día, ya no es un ramo de rosas lo que reciben, sino una corona fúnebre… ¿Qué caerá primero? ¿El velo en Irán o la venda en México?
