Cultura

Amar no es rescatar

  • Semillas de conciencia
  • Amar no es rescatar
  • Gabriel Rubio Badillo

Me contaba años atrás una paciente su historia tormentosa de pareja, que recién había terminado, y que le estaba costando una enormidad el superar la decepción y el dolor emocional.

Le pedí que me narrara desde el comienzo de la relación, y refería que de inicio era solo un amigo al que escuchaba sobre sus problemas emocionales, supuestamente muy graves, y que había sentido mucha empatía y preocupación.

El tipo poco a poco se fue haciendo más presente en su vida y se convirtió en alguien muy demandante y absorbente con el tiempo de la mujer: llamaba a cada rato, se prolongaba por horas en esas conversaciones de manera absolutamente egoísta.

Ella trabajaba y atendía a sus hijos y casi todo su tiempo libre se ocupaba en escuchar y aconsejar a su amigo, hasta que con el tiempo, esa “psicoterapia urbana” se convirtió en una relación de pareja casi forzada por las circunstancias.

Se convirtió en su novia “por no saber decir que no”. Por no poner límites. No lo frenó con el abuso que él hacía de su tiempo.

No fue capaz de decir “estoy ocupada”. No pensó en sí misma ni en que estaba siendo saturada con problemas que a ella no le tocaba resolver.

Por la misma incapacidad de decir “no quiero”, así acabó en esa relación de pareja que nació siendo una anormalidad.

Decía que en realidad no sentía amor por él sino “más bien compasión”.

Lo que más me impactaba no era el espíritu parasitario del novio, sino la enorme permisividad de ella y la falta de conciencia para hablar de la responsabilidad de sí misma.

Trabajamos mucho en el reconocimiento de sus emociones, en aceptar que somos responsables del 50% en una relación, pero sobre todo en entender lo más importante sobre el amor: jamás es un rescate.

No es terapia, no se trata de salvar a nadie. Puedes inspirar al otro para ser mejor persona, pero no echarte a cuestas sus problemas.

¿Cómo acabó esa relación? El tipo nefasto la dejó por la mejor amiga de ella, después de haberle hecho la vida imposible, de humillarla y pagarle de la peor manera.

Y solo así, desde lejos, mi paciente fue capaz de ver el auténtico monstruo que estuvo alimentando. Y vio que había algo aún más monstruoso: su propia permisividad.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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