De acuerdo con cifras de la OCDE, en 2015, de cada 100 graduados de educación superior, en promedio, 14 pertenecían a áreas de ingeniería, manufactura y construcción. Ese mismo año, en la Unión Europea, el promedio era de 15. Algunos países miembros de la OCDE registraron indicadores muy por arriba de esas marcas: Alemania y Corea registraron 22; Austria y Portugal, 21; Japón, Finlandia y Suecia 18, y dos datos llaman la atención: Estados Unidos registra sólo siete; y México, 21.
En el caso de México, graduó porcentualmente tantos ingenieros como Austria y Portugal; casi tantos como Alemania y Corea; y más que Finlandia, Japón, Suecia y Estados Unidos cabe mencionar que casi uno de cada dos egresados de ingeniería en México se forma en alguno de los 254 institutos del Tecnológico Nacional de México (TecNM), única institución de educación superior con presencia real en los 32 estados.
En mayo de 2015, la Unesco organizó el Foro Mundial de Educación y adoptó la Declaración de Incheon, Corea, como la guía de la agenda de los países que la suscribieron con una visión hacia el año 2030. En el foro se conformó un amplio consenso en relación a que la educación es clave para el desarrollo humano y, por tanto, no se debe dejar a nadie rezagado, todo mundo debe acceder a la educación. Sin embargo, debemos considerar que la verdadera equidad va más allá de solo asegurar el acceso a una institución, pues radica en la oportunidad de acceder a una educación de calidad y pertinente.
Lo que me trae al tema de los 21 graduados de ingeniería mexicanos. ¿Por qué no tenemos un desarrollo tecnológico innovador de sello propio como Alemania, Corea, Japón o EU, si graduamos tantos ingenieros como ellos?
El Presidente López Obrador tiene la sincera intención de transformar a México en “una potencia mundial”, según sus palabras. Ha dicho que se requieren tres cosas: el potencial de la gente, las riquezas naturales y un buen gobierno. Ha insistido en el cambio de régimen como necesario para la cuarta transformación de la República. Ha marcado su línea con el neoliberalismo, más no con los liberales mexicanos (José María Luis Mora, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Santos Degollado, entre otros), todos comprometidos con la democracia y la soberanía.
Premio Nacional de Periodismo 2008 y 2016. Premio México de Periodismo 2013. Premio Nacional de Locución 2017. Director de la revista Medicina Científica.
Ingenieros: ¿activo mal aprovechado?
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Fernando Fuentes
Ciudad de México /