Política

La deslealtad democrática de Morena

La doctrina del partido guinda en Jalisco es exigir reconocimiento a sus triunfos electorales, pero regatear la misma actitud cuando pierde. No se puede ser demócrata si no se acepta la derrota

Juan Linz -politólogo español- es una de las voces más calificadas en el estudio del auge y caída de las democracias. Para Linz hay un elemento central en la consolidación y estabilidad de la democracia: la lealtad de la oposición a las reglas del juego electoral y-por ende- a la democracia. Eso significa, entre otras muchas cosas, la aceptación de la derrota y no regatear legitimidad a quien se impuso en las urnas.

Morena como partido ha nacido con el gen de la deslealtad democrática. Andrés Manuel López Obrador, su líder histórico, nunca aceptó una derrota. En 2006, se aferró a un fraude que nunca pudo probar. En 2012, cuando la ventaja fue mayor, tampoco fue bueno para aceptar el resultado. Dijo que la habían robado la elección a través de tarjetas de Monex y carretadas de dinero. Imagine usted si hoy utilizamos el mismo argumento de López Obrador, que llenó de dinero a través de transferencias a los electores previo al proceso electoral, para no reconocer la legitimidad de Claudia Sheinbaum. En este caso, Xóchitl Gálvez estuvo a la altura de la circunstancia y reconoció su derrota en las urnas.

Ese gen se mantiene dentro de Morena y sus aliados. Jalisco es prueba de ello. Claudia Delgadillo, candidata de la coalición de Morena, se niega a reconocer el triunfo de Movimiento Ciudadano en el Estado. A pesar de que la distancia es de más de 190 mil votos (más que toda la población de Lagos de Moreno), la militante del Partido Verde habla sin pruebas de un fraude. Acusa a la autoridad electoral de parcial y pide anular la elección. Lo paradójico es que a Claudia parece no molestarle las victorias de su coalición en distritos electorales o en algunos municipios como Tlaquepaque, Puerto Vallarta o Tonalá. Aquí llegamos al colmo del asunto: reconocen que la autoridad y los ciudadanos que participaron en las elecciones lo hicieron bien y honestamente en donde ganó Morena, pero esos mismos cometieron fraude en donde ganó MC. Me parece una argumentación paupérrima.

R.
R.

Algo similar sucede en Guadalajara. La ventaja de Verónica Delgadillo es de más de 21 mil votos y tres puntos porcentuales. Por petición de Morena, en el proceso de cómputo ya se recontó el 60% de las casillas. José María Martínez no recortó ni un voto. Ahora se recontarán la totalidad de los votos, pero Martínez dice que no está de acuerdo. Está en contra de que se cuente voto por voto como lo sugirió López Obrador en una mañanera. Está en contra porque sabe que perdió y el recuento sólo terminará de exhibir que su reacción son patadas de ahogado y no defensa de la voluntad popular.

El problema de fondo es que Morena está inyectando en la política jalisciense una inestabilidad que no habíamos visto desde que hay democracia. Recuerdo algún pataleo de Alberto Cárdenas en Guadalajara en 2012 o los continuos exabruptos en Tlaquepaque, pero son más esporádicos que una tendencia constante de buscar restarle legitimidad a los comicios. Arturo Zamora, Jorge Arana o Enrique Alfaro perdieron, en su momento, por menos votos y aceptaron el resultado de la elección.

La realidad es que Morena ha querido sustentar un fraude imaginario con relatos que son mentiras auténticas o argumentos que son monumentos a la posverdad. Los youtuberos de Morena han aterrizado en Jalisco para montar escenas en donde encuentran votos en bolsas de basura o tirados en baldíos. Montajes indignos. O con argumentos tan simplones como: ¿por qué Morena ganó a la Presidencia, al Senado o a la Cámara de Diputados, pero no a la gubernatura o en determinadas alcaldías? Entiendo que a un morenista le cueste entender que el jalisciense no vota en cascada, sino que divide el voto. Bien les vendría echarle un ojo a la historia electoral de Jalisco para entender que el voto diferenciado es una seña de identidad del votante de aquí.

En conclusión, Morena tiene todo el derecho a agotar las instancias electorales y judiciales. En un estado de derecho, todos los actores pueden impugnar y serán los tribunales quienes decidan si tienen razón o no. El problema no es ése. El problema es que saben que perdieron en las urnas y aún así se están inventando un fraude sin presentar pruebas. Si supieran que los votos les favorecen, abrazarían con entusiasmo la propuesta de recontar todos los votos que hizo López Obrador. Están utilizando un discurso que sólo busca debilitar al Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC), así como restarle legitimidad a los candidatos que ganaron por Movimiento Ciudadano. Esa polarización que ha desatado Morena incluso se ha traducido en amenazas de muerte contra la propia presidenta de la institución. Siembra vientos y cosecharás tempestades.

No sobra recordarlo: no se puede ser demócrata sin aceptar la derrota. 


Google news logo
Síguenos en
Enrique Toussaint
  • Enrique Toussaint
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.