Comunidad

Remesas no deben gravarse

  • Columna de Elías M. Gil Valdez
  • Remesas no deben gravarse
  • Elías M. Gil Valdez

El flujo de remesas, ese torrente constante de ingresos que envían los migrantes a sus familias en México, se ha convertido en un pilar fundamental para la economía de vastas regiones del país, e Hidalgo no es la excepción. Este estado, con una arraigada tradición migratoria hacia Estados Unidos, ha visto cómo el sacrificio de sus hijos en el extranjero se traduce directamente en mejoras tangibles para sus comunidades.

La reciente reducción del impuesto a las remesas al 1% ha amplificado este impacto positivo, aunque el debate sobre la “doble tributación” que plantea la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abre un nuevo capítulo en esta conversación crucial, en la que el gobierno de Julio Menchaca Salazar juega un papel activo.

Se estima que la población migrante hidalguense en Estados Unidos es considerable. Si bien las cifras exactas varían, algunos reportes indican que la comunidad hidalguense en la Unión Americana supera las 400 mil personas. Otros datos de la Secretaría del Bienestar del gobierno de Hidalgo han referido la llegada de miles de migrantes al estado para vacaciones, y estudios de movilidad humana señalan que entre 2015 y 2020, alrededor de 21,410 personas emigraron de Hidalgo, con un porcentaje significativo dirigiéndose a Estados Unidos. Es un flujo constante que, año tras año, genera un soporte económico vital.

En cuanto a la cantidad de remesas, los datos más recientes del Banco de México (Banxico) son elocuentes. En 2024, Hidalgo recibió aproximadamente mil 784 millones de dólares en remesas, situándose como un receptor importante a nivel nacional. Esto representó aproximadamente el 1.1% del total de remesas que ingresaron al país.

Municipios como Tulancingo, Ixmiquilpan y Pachuca concentran una parte significativa de estos recursos. Se estima que, en promedio, los migrantes hidalguenses enviaron alrededor de 350 dólares mensuales durante 2023 y 2024. Estos montos, si bien son el resultado de un esfuerzo extraordinario, son un testimonio de la resiliencia y el compromiso de los migrantes hidalguenses con sus familias.

La reducción del impuesto a las remesas al 1% ha sido un respiro para miles de familias en Hidalgo. Cada peso extra que llega a sus manos significa una oportunidad para mejorar su calidad de vida. Estos recursos no solo cubren necesidades básicas como alimentación, vivienda y salud, sino que también impulsan el desarrollo local. Muchas familias invierten las remesas en educación para sus hijos, garantizando un futuro con mayores oportunidades. Otros destinan parte de estos fondos a pequeños negocios, fomentando la economía local y generando empleo indirecto en sus comunidades de origen. En el Valle del Mezquital, una de las regiones con mayor tradición migratoria, la afluencia de remesas es un motor económico indiscutible.

Las remesas también contribuyen a la cohesión social y familiar, manteniendo un lazo fuerte entre los migrantes y sus comunidades. Permiten la mejora de viviendas, la adquisición de bienes duraderos y, en algunos casos, la inversión en proyectos productivos que buscan generar autosuficiencia y reducir la dependencia de la migración.

En este contexto, el gobierno de Julio Menchaca Salazar en Hidalgo ha demostrado un compromiso activo con el apoyo a los migrantes, tanto en Estados Unidos como en las comunidades de origen. A través de la Dirección General de Atención al Migrante y la Secretaría del Bienestar e Inclusión Social (Sebiso), se han implementado diversos programas. Iniciativas como “Ya soy hidalguense” buscan brindar certeza jurídica a hijos de paisanos nacidos en Estados Unidos, facilitando la entrega de pasaportes y actas de nacimiento. El programa “Invierte en ti: Invierte en Hidalgo” ofrece apoyos económicos, que van desde los 25 mil hasta los 500 mil pesos, a migrantes retornados voluntaria o involuntariamente y a agrupaciones en Estados Unidos, para fomentar el emprendimiento y la creación de micronegocios. Además, se han gestionado apoyos económicos de 25 mil pesos para migrantes deportados que regresan sin recursos. El programa “Con Raíces de Hidalgo” es otro ejemplo, buscando reunir a familias de migrantes, lo que subraya la importancia del arraigo y el bienestar familiar.

No obstante, el debate planteado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre la “doble tributación” es crucial. Sheinbaum ha sostenido que la imposición de cualquier impuesto a las remesas, incluso si es tan bajo como el 1%, constituye una doble tributación para los migrantes, quienes ya pagan impuestos sobre sus ingresos en Estados Unidos. Esta postura, que busca defender los derechos económicos de los connacionales, se alinea con la idea de que gravar las remesas es discriminatorio y podría incluso violar tratados internacionales para evitar la doble imposición.

Si bien la reducción al 1% es un avance, la eliminación total del impuesto, como propone la Presidenta, liberaría aún más recursos para las familias hidalguenses. Esto no solo significaría un incremento directo en el poder adquisitivo de los receptores, sino que también enviaría un mensaje claro de reconocimiento y valoración al esfuerzo de los migrantes, quienes son, en muchos sentidos, héroes silenciosos que sostienen la economía de sus pueblos y el bienestar de sus seres queridos. La sinergia entre el gobierno federal y el estatal de Hidalgo, bajo el liderazgo de Julio Menchaca, es fundamental para asegurar que estos beneficios se maximicen y que el invaluable aporte de los migrantes hidalguenses continúe transformando positivamente el estado.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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