El 12 de agosto, Jaqueline Yamilet Briones, originaria de Saltillo, Coahuila, viajó a Monterrey para someterse a una liposucción y nunca regresó a casa. Falleció tras sufrir perforaciones en pulmón e hígado por un cirujano sin la acreditación necesaria, según la Fiscalía.
Este suceso, además de su impacto en la familia, amigos y en las redes sociales por la pérdida de una vida humana de apenas 25 años, conmueve, genera conmoción y duelo por la edad temprana y vulnerabilidad de la víctima.
Uno reflexiona sobre cómo los factores sociales y culturales de nuestra época ejercen una enorme presión sobre la apariencia física de los jóvenes, y cómo algunas personas buscan resultados estéticos sin verificar la calidad y seguridad del procedimiento, exponiéndose a riesgos extremos.
Por otro lado, este lamentable hecho también plantea numerosas preguntas sin respuesta sobre la regulación sanitaria, la ética médica y el ejercicio colegiado de los profesionales de la salud.
Surge la inquietud de cómo se supervisan los procedimientos médicos, quién garantiza que los médicos estén debidamente acreditados y qué mecanismos existen para proteger a los pacientes de prácticas riesgosas o negligentes.
Cuando en los colegios de abogados se habla de ética profesional, se señala que solo los notarios, contadores y médicos –estos últimos sin que la ley lo exija– están sujetos a una vigilancia permanente que garantiza que su ejercicio profesional se realice con estricto apego a los principios éticos.
Se dice que los colegios de médicos establecen acuerdos con los hospitales para que solo los profesionales inscritos puedan realizar cirugías, el caso reciente demuestra que estas medidas son letra muerta.
La falta de cumplimiento convierte lo que debería ser un mecanismo de seguridad y ética profesional en una simple formalidad, dejando a los pacientes expuestos a riesgos graves e innecesarios.
He ahí un importante trabajo que tienen que hacer los legisladores: ponerse a revisar la Ley Estatal de Salud, Ley de Profesiones, Ley de Salud Mental, entre otras. No queremos más tragedias, su función es dar respuesta a estos problemas.