Hoy, 26 de septiembre del año 2025, se cumplen 11 años de la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, Guerrero, un hecho que marcó profundamente la historia reciente de México. Desde entonces los padres y familiares de las víctimas, junto con quienes los apoyan a través del activismo político, han mantenido firmeza en su lucha.
Sus demandas siguen siendo claras y contundentes, estas son: la aparición con vida de los estudiantes, una investigación y justicia imparciales, el castigo a los responsables y la reparación integral del daño. Su persistencia se ha convertido en un símbolo de firmeza frente a la impunidad y la violencia estructural que lamentablemente se viven en el país.
Hasta ayer, los manifestantes normalistas y los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa se concentraron frente al Campo Militar Número 1, en la alcaldía Miguel Hidalgo, para exigir 800 folios bajo resguardo del Ejército, con el fin de conocer las investigaciones y esclarecer el paradero de sus hijos; allí, sin medir el riesgo, quemaron un camión.
El primero en dar por concluido el caso, haciendo referencia a la llamada “verdad histórica”, fue el entonces procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, el 7 de noviembre de 2014, es decir, apenas dos meses después de los sangrientos hechos. Su versión sostenía que los 43 estudiantes desaparecidos habían sido asesinados e incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero, por el grupo criminal Guerreros Unidos, con presunta participación de autoridades locales.
Sin embargo, esta versión fue rechazada tanto por los padres de los desaparecidos como por expertos internacionales y organizaciones de derechos humanos, quienes señalaron irregularidades y deficiencias en la investigación oficial.
Posteriormente, Peña Nieto, en su Sexto Informe de Gobierno, reafirmó lo dicho por Murillo Karam, hoy en prisión domiciliaria. “Ahí está la investigación”, señaló. El ex presidente Peña Nieto defendió la “verdad histórica” del caso Ayotzinapa hasta el final de su mandato, pese a las evidencias que cuestionan esta versión oficial.