Cultura

Fantasías neoliberales

Hace poco me hablaban sobre un libro que trata sobre las pesadillas de los alemanes bajo el régimen nazi, que al parecer muestra ciertos patrones de sueños terroríficos, en una suerte de radiografía del asalto al inconsciente que producía la espeluznante realidad configurada por el nacionalsocialismo alemán. Y es que, pensándolo, otra forma que tiene la realidad para expresarse es a través de los miedos y fantasías que produce en quienes la experimentan.

En el caso actual, resultan muy reveladoras las fantasías de los líderes de las megacorporaciones que en buena medida deciden el destino de las sociedades. Así, por ejemplo, hace tiempo apareció un artículo en el New Yorker que narraba cómo varios de los potentados tecnológicos de Silicon Valley han comprado búnkeres postapocalípticos de superlujo, adonde irían a refugiarse si el orden social finalmente estallara a causa de las tensiones que genera la ingente desigualdad que produce el sistema del que ellos son los principales beneficiarios.

Otro ejemplo notorio es el proyecto Seasteading Institute, que consiste en la creación de ciudades flotantes que no se encuentren sujetas a la jurisdicción de ningún Estado nacional, donde se puedan poner en práctica experimentos laborales y sociales que serían ilegales en gran parte del mundo.

El proyecto ha contado con donaciones de Peter Thiel —fundador de PayPal y asesor de Donald Trump durante la campaña presidencial—, y es codirigido por Patri Friedman, nieto de uno de los padres del neoliberalismo, Milton Friedman, y defensor del “anarcocapitalismo”, un sistema utópico donde los hombres no estarían bajo el poder de ningún Estado, sino que serían libres para interactuar bajo las reglas del mercado y la propiedad privada (¿quién garantizaría la propiedad privada si no hay Estado, un grupo de mercenarios a sueldo?).

Quizá no deba sorprendernos que Friedman haya expresado públicamente su simpatía por blogueros de extrema derecha, en particular a quien al menos hay que reconocerle su gran nombre de supervillano, Mencius Moldbug, con quien comparte el deseo de que el gobierno se convirtiera en una especie de dictadura de las corporaciones, solo que Friedman acuñó el término “competitividad gubernamental” como eufemismo para suavizar un poco lo reaccionario de su propuesta.

Es claro que ante las fantasías de la élite corporativa que nos rige, cualquier teoría de la conspiración palidece por parecer poco imaginativa. Valdría la pena realizar un estudio de las pesadillas colectivas contemporáneas, al menos para saber por dónde vendrá el juicio de futuras generaciones hacia nuestra absolutamente demencial época. 

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Eduardo Rabasa
  • Eduardo Rabasa
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  • Escritor, traductor y editor, es el director fundador de la editorial Sexto Piso, autor de la novela La suma de los ceros. Publica todos los martes su columna Intersticios.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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