Grupos ambientalistas y representantes de la sociedad civil han aprovechado los espacios y foros que se les han abierto para denunciar la caída drástica de los niveles de almacenamiento de agua de la laguna de Valle de Bravo en los últimos dos meses. Y aún no inicia la temporada de estiaje. Temen que, de seguir esta tendencia, para mayo registre 50 por ciento de su capacidad.
Los ambientalistas y estudiosos de los recursos hidrológicos aseguran que la existencia de cuerpos de agua artificiales, hechos exprofeso para el uso, goce y disfrute de los propietarios de grandes extensiones de tierra, es lo que está limitando el acceso de los afluentes a la laguna de Valle de Bravo, pues los canalizan a las presas privadas.
Las denuncias se han hecho desde que se empezó a observar este fenómeno de la caída en los niveles de almacenamiento, pero hasta la fecha ni las autoridades estatales, menos las municipales, han actuado para exigir la desaparición de esos lagos privados y así permitir el flujo de los recursos hidrológicos que alimentan la laguna.
Tal parece que algunos propietarios de residencias de descanso en Valle de Bravo, con grandes extensiones de tierra, han encontrado la manera de practicar sus deportes acuáticos no en la laguna, donde lo hacen la mayoría de las personas y por ello mandaron hacer sus propios lagos al gusto y sin importarles las consecuencias de cerrar el paso normal del agua hacia la laguna principal.
El temor de los ambientalistas y expertos en recursos del agua es que, a unos días de que inicie la temporada de estiaje y con ello la quema de pastizales que hacen los campesinos, se afecten también los mantos freáticos que alimentan de agua a la laguna y aunado a lo anterior que los cuerpos artificiales privados sigan impidiendo el paso del cause normal del vital líquido.
Sorprendió que el presidente municipal de Valle de Bravo, Mauricio Osorio, en una charla con vecinos, cuando le plantearon el problema y la existencia de cuerpos de agua privados con altas extensiones su respuesta haya sido de justificación y no de preocupación y de compromiso para gestionar la desaparición de estas presas.
De hecho, el alcalde vallesano fue más lejos y discrepó de los ambientalistas y especialistas en recursos hidrológicos, al señalar que los lagos artificiales privados no interrumpían el paso del agua hacia la laguna de Valle de Bravo.
Es una pena que la autoridad municipal justifique la existencia de estos cuerpos de agua, y no se comprometa para gestionar ante las autoridades estatales y federales la cancelación de permisos, si es que existen, y deshabilitar estos lagos y represas artificiales que impiden el paso de los mantos freáticos que suministran a la laguna Miguel Alemán.
La Comisión Nacional del Agua, debe intervenir y hacer una investigación, para saber quién autorizó desviar los cauces de los mantos hidrológicos, que suministran de agua a la laguna y que ahora se quedan en las represas particulares.
Advierten ambientalistas qué si no hay una respuesta inmediata, la temporada de estiaje puede provocar daños más severos a la presa Miguel Alemán, pues no le cae el agua suficiente para poder atender el volumen de dos pulgadas por segundo que se extrae, como parte del plan Cutzamala para abastecer a Ciudad de México y a la zona metropolitana del vital líquido.
Ya veremos.
Eduardo Garduño Campa