Que en la interesante jornada electoral de ayer en seis entidades, el posible negrito en el arroz de la política mexiquense fue la detención del diputado local de Morena, Isaac Montoya Márquez, por parte de la policía municipal de Aguascalientes donde se hallaba como observador de los comicios. La captura de inmediato fue calificada, por morenistas claro, como "arbitraria, ilegal y sin sustento", pues al parecer solo lo señalaban de alterar el orden, aunque también circuló en los corrillos políticos que en realidad andaba mapacheando votos con efectivo ¿Será?
Que una acción que puede sonar a grilla futurista mexiquense es la reciente protesta contra Cristina Manzur Quiroga, rectora de la Universidad Politécnica del Valle de Toluca (UPVT) y hermana del número dos en la pasada administración estatal, Pepe Manzur. A ella la señalan por presunta corrupción y despidos injustificados del personal docente, amén de recibir el pago -poco más de 100 mil pesos mensuales- de una doble plaza de parte de la Universidad Politécnica y de la UAEM. ¿Será mensaje para el pariente por querer mover piezas al cercano plazo? Todo puede ocurrir.
Que en medio del fragor político, un personaje que con insistencia han perfilado como aspirante al 2023, el Secretario General de Gobierno Ernesto Nemer Alvarez, sigue en las labores correspondientes de su cargo, como las Mesas de Fortalecimiento Municipal en las diversas Regiones mexiquenses. Llama la atención que, invariablemente, acredita las acciones y resultados positivos al titular del Ejecutivo, Alfredo Del Mazo, y llama a la unidad y trabajo en toda la entidad. Es decir, hay firme lealtad del funcionario aún en estos tiempos políticos adelantados.
Que quien ha dado confianza afirmando que “no vino a negar la inseguridad sino a enfrentarla” es la alcaldesa panista de Cuautitlán Izcalli, Karla Fiesco. Después de que presumió músculo con la integración de 85 nuevas patrullas tipo Charger y Silverado, se le vio decidida a terminar con los indicadores de violencia en su demarcación; hasta el momento el reto es grande, pero ya hay mejor armamento, patrullas y uniformes nuevos. Ahora los polis deberán reaccionar a los llamados en menos de cuatro minutos y con la obligación de saludar a la ciudadanía y sonreír al mismo tiempo, según su nuevo decálogo.
