Este 24 de febrero se cumple un año de la guerra en Ucrania. Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU han muerto 7,110 civiles.
ACNUR reportó que más de 18 millones de personas han salido de su país, más del 44% de la población ucraniana.
La Misión de Monitoreo de DDHH de la ONU en Ucrania informó que en nueve meses documentó 86 casos de violencia sexual, entre ellas: violaciones en grupo, desnudez forzada y desnudez forzada en público. La amplia mayoría de las víctimas son mujeres.
Esos son los números. Las historias de dolor y tragedia cuestionan la condición humana.
Al mismo tiempo, la movilizan. Humanizar es la acción mínima ante la violencia.
En medio de esta tragedia provocada por la invasión de tropas rusas a territorio ucraniano, diversos grupos de civiles se han organizado para realizar acciones noviolentas que abonen a recuperar el sentido y la dignidad de la vida humana.
Los residentes de la ciudad de la provincia de Chernihiv, al norte de Ucrania, desarrollaron un sistema de comunicación para buscar y señalar rutas seguras para moverse en la región ocupada por tropas rusas y poder llevar alimentos, medicinas y otros suministros a ciudades sitiadas.
El rector de la Universidad Técnica Nacional de Kheerson, Yuri Bardachiv, publicó una carta donde anunciaba su dimisión. Prefirió renunciar antes de ceder a las presiones para someterse a las fuerzas ocupantes.
Esta acción de no-cooperación política tiene un amplio impacto por ser una denegación de apoyo público.
En el municipio de Tavriisk, en la región de Kherson, el alcalde decidió cooperar con las tropas invasoras para gestionar la vida pública de la ciudad.
En respuesta, un grupo amplio de trabajadores del ayuntamiento renunciaron.
En la ciudad turística de Kyrylivka la administración de los ocupantes impuso a los empresarios un impuesto especial, pero éstos se negaron a pagar como parte de las acciones de no-cooperación económica.
Algunos civiles ucranianos hacen las paces en medio de la guerra.
@perezyortiz