El arte, con su capacidad única para confortar y a la vez incomodar, se convierte en un poderoso catalizador de transformación en medio de los conflictos.
Dos películas emblemáticas, "Pastelería en Tokio" y "Vals con Bashir", ejemplifican esta dualidad y nos invitan a reflexionar sobre la posibilidad de encontrar redención y esperanza incluso en los momentos más oscuros.
En "Pastelería en Tokio", dirigida por Naomi Kawasaki, presenciamos la conmovedora historia de Sentaro y Tokue, cuyas vidas se entrelazan en una modesta pastelería.
A través de la preparación meticulosa de dorayakis, los pasteles japoneses rellenos de anko, la película nos sumerge en una exploración profunda de la soledad, la aceptación del pasado y la búsqueda de significado en un mundo tumultuoso.
La escena conmovedora de la elaboración de la salsa dulce para los pasteles simboliza la enseñanza y la conexión humana que pueden surgir incluso en medio de la crisis personal, demostrando que el arte puede ser una fuente de consuelo y sanación en tiempos difíciles.
Por otro lado, "Vals con Bashir", dirigida por Ari Folman, nos confronta de manera cruda con los horrores de la guerra a través de una estética impresionante de animación.
Folman, un exsoldado israelí, revisita sus propios recuerdos traumáticos de la guerra del Líbano y la implicación de su país en la masacre de refugiados palestinos en Sabra y Chatila en 1982.
La película sirve como una advertencia sobre los devastadores efectos de la violencia y la guerra, incluso mucho después de que los combates hayan terminado.
Sin embargo, también nos muestra el poder transformador del arte para confrontar y procesar los traumas del pasado.
¿Qué vamos hacer con las consecuencias de las violencias que hemos ejercido?
Estas películas nos recuerdan que el arte tiene el potencial de provocar la transformación positiva en los conflictos al proporcionar un espacio para la expresión, la reflexión y el entendimiento mutuo.
A través del arte, podemos encontrar una voz común que trasciende las diferencias y nos une en nuestra humanidad compartida, en la que es posible un futuro más pacífico y compasivo.
@perezyortiz
