El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre, escuché a una mujer joven decir: no quiero salir siempre acompañada de mis papás o de algún hombre, también hay veces que quiero salir sola, pero las veces que lo he hecho he sufrido algún tipo de acoso.
La conmemoración de esta jornada internacional permite hacer un balance de los alcances, enseñanzas y desafíos que los movimientos feministas críticos nos comunican al resto de la sociedad.
La Red de Abogadas Violeta anunció que este año se consiguió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación adoptara siete criterios que impactarán positivamente la vida de las mujeres.
Entre ellos destacan: en un divorcio procede una compensación económica en favor del cónyuge que se dedicó al trabajo en el hogar; que una mujer tenga desarrollo profesional no es razón para quitarle la custodia de los hijos.
Estos y muchos otros avances tienen que ver con instituciones del Estado. Es verdad que el Estado es uno de los principales agentes de la cultura.
Al mismo tiempo, que en el curso del año hayan aumentado el número de mujeres que en promedio son asesinadas al día, nos dice que aún hay mucho por hacer.
Los logros que han alcanzado a nivel institucional tardarán en surtir efecto pleno en la vida cotidiana, pero son pasos muy importantes y necesarios. Es una tarea que seguramente continuarán con tenacidad las protagonistas del movimiento feminista.
En la construcción de una vida cotidiana sin violencia de género podríamos participar el resto de la sociedad.
Para agilizar el impacto de los cambios institucionales en la construcción de relaciones interpersonales sin violencia nos ayudaría seguir el camino que nos señala la antropóloga Rita Segato:
entender que el mandato de masculinidad afecta, en primera instancia, a los hombres.
Así, la población de sexo masculino no de solidarizarse con el movimiento y las prácticas feministas, continúa Segato.
Este sector de la población tiene la responsabilidad histórica de liberarse del mandato que le impide desarrollar su existencia con plenitud, afirma la antropóloga.
@davidperes_