Deportes

Tres torneos en la cueva

La bandera futbolística, la cruz de mi parroquia y los colores políticos, procuro guardarlos en el clóset de la casa. Es allí donde los debe tener escondidos en celoso secreto un comunicador.

Como aficionado fui muy afín a un equipo y enfervorizado anti de otro. Ambas causas las mamé desde el núcleo familiar.

Me imagino lo terrible que debe ser para ese forofo escondido la actualidad del futbol mexicano. “Su equipo” implantó todos los récords negativos imaginables y “el acérrimo rival” ha fincado una de las más importantes épocas de su brillante palmarés.

Qué bueno que ese fanático está en cautiverio y “el personaje” que escribe en el periódico y aparece en la televisión dice que no siente nada, ni a favor ni en contra de nadie.

Ese energúmeno que, citando a mi madre, “padecía la enfermedad del futbol”, se va a tener que comer de un bocado las doce uvas del año nuevo con un solo deseo: que el América ya no sea campeón.

El antiamericanismo quiere despertar de la pesadilla. Ya no importa cómo y con quién, da lo mismo si es el Toluca de Mohamed o el Cruz Azul de Anselmi, si son los regios o el Grupo Pachuca, lo importante para la causa, es que alguien logre frenar a la apisonadora azulcrema o, como decía la manta de una de las barras que viajaron al estadio Cuauhtémoc para la final de ida: “el Scratch du Coapa”.

Futbolísticamente, el Apertura 2024 no fue el mejor torneo del América. En la clasificación general quedó en el octavo lugar de la tabla y se sembró séptimo tras el play-in. Se topó con las dos principales esperanzas del antiamericanismo (Toluca y Cruz Azul) y los echó para cobrarse las sendas palizas de la fase regular.

Una dosis de suerte, una pizca de ayuda, pero sobre todo, todo el peso de su jerarquía, se han alzado con tres ligas de manera consecutiva.

Si al América se lo permiten, va a ganar cuatro, cinco y las ligas que sean necesarias. Si le siguen teniendo el miedo que manifestaron los principales equipos de la liguilla, nadie los podrá frenar. El dueño del América está ebrio de poder y es insaciable. Si por él fuera, el América ganaría siempre.

El gallo del antiamericanismo para 2025 se llama Antonio Mohamed. El Turco sabe cómo ganarle y eliminar al América. Llega a un equipo que no suele acomplejarse, pero que fue frenado por Paiva y le abrió la puerta al tricampeonato de las Águilas.

El América actual es un equipo imponente, pero todavía está muy lejos del futbol y el linaje del cuadro de los ochenta. Aquel equipo volaba, ganó un tri y luego un bi, cuando los campeonatos premiaban al mejor de todo un año.

Estamos tan ávidos de nuevos héroes que si no los encontramos los inventamos. A esta formidable generación americanista habrá que medirla respecto a otras, cuando su legado haya concluido. La década apenas va a la mitad y el equipo de Jardine ya logró lo que ninguno en los torneos cortos.

Por ahora, una pausa. Saludos cordiales, feliz Navidad, próspero año y… que ya no gane siempre el América.

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David Badillo
  • David Badillo
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