"En el futbol, como en la vida, es imposible evitar los riesgos: quien no intenta por evitar los riesgos, se arriesga a morir de nada, que es el peor de los riesgos”, César Luis Menotti.
Con Menotti nunca hubo medias tintas, quizá fue por ello que se tardó medio año en hacer su contrato con la AFA (Asociación del Futbol Argentino), probablemente también fue lo que generó su salida de México cuando el execrable imperio futbolístico atestó el golpe de Estado contra Emilio Maurer.
‘El Flaco’ prestigió el cargo de entrenador y revolucionó el futbol desde el banquillo. Dejó su impronta en todos los clubes y selecciones que dirigió, siempre con una premisa que sirvió como santo Grial para algunos de los grandes entrenadores de todos los tiempos: tratar bien a la pelota.
Porque como lo acuñó, “si uno trata bien a la pelota, siempre vuelve”. Ese buen trato iba mucho más allá de un sistema de juego, se trataba de un compromiso moral que también implicaba cierto comportamiento ético.
A los 85 años murió uno de los grandes próceres del futbol, un revolucionario, un adelantado a su época. En Argentina se decía que el futbol se dividía en dos épocas: antes de Menotti y después de Menotti.
Debutó muy joven como director técnico, su primera gran obra fue el Huracán. El trabajo que realizó con ese ‘Globo’ del que se sigue hablando hasta hoy, aquel equipo de Basile, Brindisi, Russo, Houseman y compañía, lo catapultó a la selección argentina.
La albiceleste venía de un gran fracaso en Alemania 74 y de no calificar a México 70. Llegó Menotti y la Argentina cruzó el Rubicón, en plena dictadura de Videla, ganó el mundial del 78 con Mario Kempes como campeón de goleo, dándole una satisfacción incomparable a un oprimido y resignado pueblo.
Debutó a Maradona con la selección a los 16 años pero no lo llevó al mundial de 1978. No obstante, Diego Armando siempre reconoció la ascendencia de Menotti y admitió que fue el entrenador del que más aprendió.
César Luis dejó a la selección después del mundial de España 82, dirigió al Barcelona y regresó a la primera división de Argentina. Estando en Buenos Aires, llegó una llamada que lo cambiaría todo para nuestro futbol durante el verano de 1991.
Emilio Maurer y Francisco Ibarra lo convencieron de venir a México para dirigir a la selección en una de sus épocas más turbias. El ‘Tri’ venía del escándalo de los cachirules y de perder la primera edición de la Copa Oro ante los Estados Unidos. Nuestro futbol necesitaba de un golpe de timón, y vaya que lo encontró.
El futbol mexicano también se divide en dos eras: antes de Menotti y después de Menotti.
Menotti empujó a toda una generación de futbolistas mexicanos hacia alturas y terrenos inéditos. Proveyó de personalidad a la selección, implantó un estilo de juego, inhibió los complejos y dejó su huella.Con él, el futbol de México dio el paso más trascendental de su historia.
A partir de ese momento, la consolidación.México llegó a la final de la Copa América en 1993 y no ha dejado de participar en los mundiales. Breve pero sustancioso, así definió Miguel Mejía Barón (sucesor de Menotti en la selección) el paso del entrenador argentino por nuestro futbol.
Hay que escuchar a los seleccionados de aquella época para valorar lo que Menotti logró en tan poco tiempo. Una generación llena de talento y carácter, que tuvo al mejor mentor posible.
Campos, Zague, Benjamín Galindo, Marcelino Bernal, Claudio Suárez, Luis García, Carlos Hermosillo, Chepo de la Torre, Ramón Ramírez, Ruiz Esparza, Miguel España, Raúl Gutiérrez y varios más, coinciden: con la llegada de César Luis Menotti, cambió la mentalidad y la confianza del futbolista mexicano.
El cisma de la Federación marcó la salida de Menotti y aunque Alejandro Burillo Azcárraga intentó mantenerlo, la congruencia y lealtad se impusieron.Menotti se fue cuando Televisa le arrebató el control del futbol mexicano a Emilio Maurer. Sólo duró un año y medio la presencia del ‘Flaco’ en México.
En el ocaso de su carrera y de su vida, Menotti se desempeñó como asesor de Lionel Scaloni con la selección de Argentina que ganó el mundial de Catar en 2022.
El futbol se siente huérfano, se fue uno de sus patriarcas.